martes, 21 de septiembre de 2021

 

Cuentos para entretener            5

Mis abuelos maternos que me criaron, Tomás Morillo y Catalina de Morillo, él nació en La Tigra, Estado Guárico, el 25 de diciembre de 1.897 y ella  nació el 11 de marzo de 1.905 en Casita de Paja, Estado Apure; tuvieron dos hijas, Cecilia Filomena, mi mamá, y Rosa Amelia; a ellos los llamo papá y mamá, y también criaron a mi hermano mayor, Rafael Ángel, que nació en Mangas Escoberas, Estado Guárico, el 15 de septiembre de 1.935... Mi mamá Catalina se ocupaba de hacer los distintos oficios de la casa, lavaba la ropa de nosotros, planchaba, cosía, cocinaba, mantenía ordenado el hogar; el piso de la casa era de tierra apisonada, y aun así ella barría con una escoba hecha de esa planta y mantenía aseada la casa por dentro y los patios por los cuatro costados, decía que ser pobre era voluntad de Dios, pero ser aseados era obligación nuestra, y en cuanto a nuestra ropa opinaba que se podía andar con remiendos, pero limpios..., a ella también le alcanzaba el tiempo para sembrar plantas de flores y sobre todo las de aliño, cebollín, culantro, yerbabuena; y no quisiera acordarme de cuando sembró lechugas, y cuando las cosechó de hojas grandes y de verde brillante, se le ocurrió que yo fuera a venderlas, yo que nunca había salido a vender nada, las arrancó, las ordenó limpiecitas en una batea mediana de madera y me la dio, para que saliera a venderlas, a medio cada manojito, me fui, anduve de casa en casa, tocando y llamando de puerta en puerta por las calles de San Fernando de Apure, y nadie compró ni un manojito, regresé y, gracias a Dios, esa fue la única salida en falso de la tal venta; ella cosía a mano hasta liquiliquis y guardaba en una caja grande de cartón los pedazos de tela de diversas texturas y colores y en sus ratos libres, se sentaba a escoger retazos de tela, los cortaba y los iba cosiendo y al final resultaba una sábana multicolor de incontables pedacitos con que luego vestía la cama matrimonial, ahora recuerdo cómo lucía esa sábana tendida sobre la cama; en las noches nos sentábamos afuera en el patio delantero de la casa frente al río, recuerdo la vez cuando era noche de luna clara y redonda, me quedé mirando la luna y me parecía que en la luna se veía a una señora cosiendo o tejiendo, eso dije a mi mamá Catalina, ella me dijo: Sí, es la Virgen María que le está tejiendo unos escarpines al Niño Jesús...

                                                                                       Adelfo Morillo

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