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miércoles, 28 de marzo de 2018

Las cosas bellas son difíciles


Las cosas bellas son difíciles
    
       Jalepà ta kalà (las cosas bellas son difíciles), es transcripción de griego antiguo, data de hace dos mil quinientos años, aparece en un diálogo de Platón; y viene aquí de maravilla, porque por allá por los años ochenta un grupo de profesores nos hicimos amigos, y entre cosas de trabajo, en el Colegio Arzobispo Silva hacíamos distintas ocurrencias, creamos Publicas (Publicaciones del Colegio Arzobispo Silva), hacíamos convivencias y retiros, cantábamos, grabábamos, traducíamos griego antiguo, latín, francés, italiano, catalán, castellano antiguo, inglés; y hasta creamos una revista de la que ahora no recuerdo el nombre; mi amiga María Carmen rescató esta hoja nimbada de agua de río y de barro, y me la hizo llegar por el mail (correo); y quiero confesar que esta hoja corresponde al Editorial, que contiene tres textos, el introductorio en prosa, escrito por Adelfo Morillo, la primera estrofa por Fredy Sosa, y la segunda estrofa por María Carmen…

Editorial

       En el ambiente se oía el rumor de la brisa… Los picos irradiaban la luz de mil crepúsculos… Una mujer recoge en sonrisas la dulzura del amanecer… El niño la mira en los puntitos transparentes de las mariposas… Yo persigo el balanceo de una gota de lluvia en los dedos del tulipán… Los niños sueltan sus sueños en barquitos de papel… El río corre suavemente, nada dice, solo calla, y sin detenerse salpica el senderito de las hormigas… Una brizna de azúcar brilla como la escarcha sobre el frailejón…Las rosas se tiñen de frío y de auroras mientras una mirada amiga relumbra ternura, vida y alegría…
      
El páramo habla y dice
      
       A veces
       extiendo la mano para saber
       si aun existe el mundo
       y se me llena la mano de luna

       Y la goterita de luz silenciosa y minúscula musita

       Hay que ser muy pequeñita
       para sostener la ternura en el pecho