Perfume del tilo y del
orégano
,,, en
el aire sereno aleteaba la ternura de un blanco vuelo de garzas…, con esta
metáfora concluye Rómulo Gallegos el prólogo que escribe con motivo de la
edición conmemorativa por el Fondo de Cultura Económica de los veinticinco años
de la primera publicación de Doña Bárbara
en Madrid… Muestro esta ternura poética de Gallegos, porque se tiene la idea de
que Gallegos no escribió poesía, y cuando leemos su cuentística y novelística
en cualquiera de esas líneas nos va a sorprender la galanura poética de
Gallegos, yo considero su novela Cantaclaro
todo un cuerpo poético, ya el capítulo La
copla errante es un boceto de poesía, y la conversación que entablan
Florentino y el Caraqueño en Al abrigo de
las matas se desliza en una madeja de significativos poéticos, y Juan, el veguero, y los cuentos en El blanco de Hato Viejo, y siguen Las suertes trocadas, El corrido del ahorcado, y todo la
leyenda en vida de Juan Parao, y el
capítulo Corridos y contrapunteos, y
así en el transcurrir de la novela vamos a encontrar el particular estro
poético de Gallegos…
La poetisa lusa Sophia de Mello Breiner Andresen
leyó un hermoso texto en Lisboa, el 11 de julio de 1964, durante el almuerzo de
homenaje organizado por la Sociedad
Portuguesa de Escritores, en ocasión de la entrega del Gran
Premio de Poesía atribuido a su Livro
sexto, y muestro la parte donde viene a significar y a clarificar que la
poesía no tiene linderos cerrados, así se expresaba Sophia … porque la poesía es mi explicación con el
universo, mi convivencia con las cosas, mi participación en lo real, mi
encuentro con las voces y las imágenes. Por eso el poema no habla de una vida
ideal pero sí de una vida concreta: ángulo de la ventana, resonancia de las
calles, de las ciudades y de los cuartos, sombra de los muros, aparición de los
rostros, silencio, distancia y brillo de las estrellas, respiración de la
noche, perfume del tilo y del orégano…
Y en la obra de Gallegos nos vamos a topar
con el poema de vidas concretas, con silencios, distancias, con la respiración
de la noche y con el brillo de las estrellas…