Con ropajes de fiesta
Sabemos que el
conocimiento es ilimitado, si somos pedantes, nos creemos con ventajas sobre
otros, mas en la vida podemos saber algo específico, como hay otros que saben
algo que no sabemos; por tanto andamos con algo más y con algo menos, es decir
que somos iguales… Sabemos que Dios es el conocimiento, por tanto puede saber
lo que pensamos, en la lengua de cada uno de nosotros, y son miles de lenguas;
así entonces asumo que esta lengua castellana es grata a Dios, y así en cada
momento podemos pensar y hablar con Él de forma sincera, simple, sencilla, como
Él nos manda mensajes claros en una flor, en una gota de lluvia, en los colores
de crepúsculos matutinos o vespertinos… Si amamos a alguien, basta con un
gesto, con una atención, con un don, o sencillamente le decimos Te amo, como ama Dios. Si amamos algo, debemos cuidarlo, protegerlo, como
se ama una planta vegetal, la frescura de la brisa, el arrullo de las aves…
Andemos con ropajes de fiesta, para celebrar una sonrisa, para regocijarnos con
las alegrías de los amigos, vecinos, familiares, paisanos o foráneos, ropajes
para comprender los momentos duros, amargos, tristes, difíciles, y ropajes para
bailar, para cantar, para crear músicas de alma y de amor…
Un baile de libélulas,
un canto de niños y de ángeles,
una música de astros a través del tiempo,
con resonancias ilimitadas de amor…
Adelfo Morillo