Traguemos amargo y
escupamos dulce
Según Mateo, Jesucristo dijo Mi reino no es de este mundo… Y es
verdad porque su reino es de amor, y en este mundo reina la idea del dinero, y
estamos equivocados porque hablamos de Dios y del dinero, y no podemos servir a
la vez a estos dos señores… Y en este mundo de valencias materiales cada día
predomina más el desorden, la desconfianza, la mentira, la ambición y la
desigualdad social…
Observamos que prevalece la amistad
fundamentada en cuánto de dinero tiene cada quien, y la verdadera amistad
basada solo en la lealtad humana es muy escasa…
En estos días santos la mayor parte de la
gente los toma para el disfrute físico en sus distintas modalidades, y
olvidamos la reflexión íntima y sincera con nuestros comportamientos
espirituales; yo no soy la excepción, no soy mejor que nadie, pero intento conducirme
en cada momento con patrones mínimos de respeto al derecho ajeno y tratando de
andar en camino de amor…
No busco pregonar mis ideas, pero si
alguien me solicita opinión, opino tratando de ser lo más claro y respetuoso
posible; hay algunas cosas que son evidentes, y hay otras que no se pueden
ocultar, como el olor maduro de melones, guayabas, guanábanas, piñas,
manirotas, y tampoco podemos esconder el olor del café tostado y molido, así como
tampoco podemos esconder nuestras miradas de amor, cuando estamos enamorados;
con esto quiero decir que hay tantas cosas que están frente a nosotros, y no sé
por qué razones o sinrazones no las percibimos, no las miramos, y nos
confundimos, nos equivocamos, pero casi siempre hay tiempo para enmendar, y entonces
podemos continuar con rumbo definido, y siempre el buen camino lo tejemos en
amor…
Nos pasa que intentamos actuar y
reaccionar ante la gente con actitudes y palabras conciliadoras y amables, y
nos desconcertamos, porque tantas veces recibimos palabras en mal tono con
actitudes agresivas y discordantes, y aquí hago pausa en el camino, y me digo y
te digo amable lector y lectora Traguemos
amargo y escupamos dulce…