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sábado, 28 de junio de 2014

Andanza por nuestro idioma 133



Andanza por nuestro idioma            133

     Cuando se iba a hacer cachapas en la casa, se compraba un ciento de jojotos; y mi papá mataba tortugas en el patio de la casa, y algunas de ellas llegaban a tener un ciento de huevos y hasta doscientos y trescientos; ciento lo formamos del latín centum…
     Son tantas las cosas que siento con alegría o tristeza, siento tristeza por los seres amados que ya no están conmigo en esta vida; siento alegría de comer y beber lo que me he ganado con el esfuerzo de mi trabajo honrado…
     Cien es forma apocopada de ciento, y así decimos cien niños, cien mujeres, cien hombres; recordamos Cien años de soledad, novela escrita por Gabriel García Márquez…
     Cuando estaba muchacho hacíamos la pregunta ¿Cuánto hay de sien a sien..? Y sabíamos que no era una pregunta de números, y nos posábamos una mano sobre la frente y extendíamos el pulgar hasta una sien y el meñique hasta la otra sien, y respondíamos ¡Hay una cuarta..! Sien lo formamos del germánico sen, sentido; el germánico o germánica es lengua indoeuropea, hablada por los pueblos germanos, y de ella se derivaron las lenguas, nórdica, gótica, alemana, neerlandesa, frisona y anglosajona…
     Cientos de veces te he consentido, y otros cientos de veces lo vuelvo a hacer, porque el amor que siento por ti es cristalino como agua de manantial; y he revuelto cien besos en la miel de tu boca, y revuelvo cien más y miles más hasta no saber cuántos, porque mi sien izquierda, la del lado del corazón palpita anhelos, ternuras y delicias para ti, si estás presente o si estás ausente…
     Recordemos una estrofa de la canción Madrigal, escrita por Felipe R. Goyco, Don Felo
                                  Yo contigo no siento el sonar
                                  de la lluvia y el viento,
                                  porque llevo tu amor en mi pecho
                                  como un madrigal…