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sábado, 15 de febrero de 2020

Soy tu voz en el viento




Soy tu voz en el viento

El viento llega, pasa,
besa mis mejillas
y las de María;
me llega una idea,
la dono al viento…
En tiempos de estudiante,
allá en Mérida de montaña
donde riela la brisa brisando,
en una mañana finales de los setenta,
llegó sobre grandes zapatones
a la Facultad de Humanidades,
a la Escuela de Letras,
el Maestro margariteño,
venezolano y mundial,
Prieto Figueroa, Luis Beltrán,
llegaba con un libro en la mano
y con tantos sueños en el alma,
fue recibido, se sentó
y nos sentamos a escucharlo,
a escuchar de sus labios
la lectura de algunas poesías
de su poemario
Mural de mi ciudad…,
mil novecientos setenta y cinco,
y comenzó la lectura
Mural de mi ciudad
Invocación al canto
Llego a ti, solar de mis afectos
a beber en tu corta geografía
celeste claridad de custodia
Y siguió la lectura
y se atrevió a decir
Yo escribí este poemario
solo para cantar a mi pueblo
donde nací
y ahora dicen los críticos
cosas que yo no sabía
que las sabía
y que las había escrito
Ahora ojeo y hojeo
el libro con el título
Soy tu voz en el viento…,
Poesía reunida,
de Luis Beltrán Prieto Figueroa,
dos mil dieciocho,
regalo que me entrega
la siempre joven Ledys Lima,
con letras a mí dedicadas,
de parte de ella,
diría que son letras excesivas,
mas no, porque sé que son sinceras…
En este momento continuo,
Ledys, te digo
Soy tu voz en el viento…,
para cantar tus afanes
de anteriores lejuras
y para decirte
en este presente
vas  y vamos siempre adelante,
por este país de hermanos,
por este llano de mansos y orejanos,
por este Guárico de anchuras,
de montañas y de llanuras,
por esta Villa de Todos los Santos
de citadinos y de montunos,
de misioneros y de mastrantos,
por esta Universidad de llanos,
por sobre la barbarie el buen fundamento,
como soñara Don Rómulo Gallegos…
Gracias a Dios
por habernos reunido
para señalar con tesón,
mientras haya sinceridad y ternura,
siempre habrá un lucero que madruga,
para alzar la frente
delante de la gente
y por sobre los inconvenientes,
adelante, siempre adelante,
mientras la llanura nos dé aliento,

Soy tu voz en el viento
 


Texto y foto de Adelfo Morillo 
Editado por María Ríos