Congreso de Cronistas e
Historiadores de Venezuela en Calabozo
Homenaje a los Veinte años de la
Orquesta Sinfónica Antonio Estévez
Adelfo Morillo
Palabras por diacronía y sincronía
Diacronía, sincronía
Diacronía del griego diá, a través, y xronós,
tiempo; sincronía del griego syn, con
y xronós, tiempo…
Estas palabras por diacronía y sincronía
fueron entresacadas del libro Palabras
por más de cinco sentidos, que comencé a escribir en abril, y ya tiene
cuerpo de libro, que no he publicado por falta de dinero, mas sí lo he
difundido por mi blog, elegí este nombre, para esta ponencia en el Congreso de
Cronistas e Historiadores de Venezuela en Calabozo, porque cada una de las
palabras reseñadas lleva encanto de las buenas cosas de la vida…
En las líneas del libro Palabras por más de cinco sentidos sostengo
que son más de cinco sentidos, y así comienzo por decir que el pensamiento con
que reflexionamos, imaginamos, soñamos es un sentido; asimismo expreso que el
sentimiento con que accionamos y reaccionamos con amor o desamor también es un
sentido; de seguidas mantengo que el equilibrio físico y el de la ecuanimidad
moral son otros dos sentidos; y tengamos en cuenta que la gente habla del sentido común; y estos sentidos sumados
a los tan conocidos cinco sentidos, sin ser El
hombre que calculaba, nos damos cuenta de que son más de cinco nuestros
sentidos, y cada uno de ellos lo expresamos de distintas formas; pero nos
centramos en este trabajo en cómo los manifestamos a través de las palabras
habladas o escritas…
Pensamos en el día de hoy, sentimos que
nos va a ir bien, y si intentamos ser ecuánimes, sabemos que somos iguales,
pero cada uno es diferente a los demás, en pensamientos, sentimientos, gustos,
olfatos, tactos, oídos y en la forma de mirar las cosas…
Estas palabras por diacronía y sincronía
las tomo en distintos espacios y momentos, procuro significar acertadas ideas
semánticas o semióticas, acompañadas de variadas formas contadas, descritas o
escuchadas en refranes, coplas, versos, leyendas, mitos, canciones, adivinanzas
y también a través de documentaciones librescas y científicas, intentando en
cada momento matizar la seriedad de las palabras con el humor, el chiste, el
buen gusto propio de la gente que quiere aprender y conocer, pero llevados de
la mano de la nota agradable, simpática, ligera y amena…
Estas palabras por diacronía y sincronía
discurren entre un calidoscopio de innumerables formas y colores, en donde nos
vamos a tropezar con sorpresas, asombros y gratos aprendizajes, y quedan
abierta la posibilidad y libertad para sugerir, y para agregar otras tantas más
significaciones sensoriales, solo quiero
que esta búsqueda por el espíritu
amable de las palabras nos sea de utilidad en cada entorno de nuestras
coexistencias cotidianas…
Orquesta
Este Congreso rinde homenaje a los Veinte
años de la Orquesta Sinfónica Antonio
Estévez, y aquí es oportuno nombrar el capítulo Tangos para sufrir y tangos para matar de la novela El tango
de la Guardia Vieja, escrita por Arturo Pérez Reverte, cuando Max Costa,
protagonista, dice No soy músico… Ni
siquiera sé distinguir una corchea de una breve…, y yo confieso que no sé
nada de música…
Asimismo es pertinente recordar aquella
letra que dice Veinte años no son nada…,
con lo cual traemos la idea de Albert Einstein acerca de la relatividad de las
cosas, y sucedió que su secretaria le dice que cada día recibe cartas donde le
piden explicación sobre la relatividad, y se cuenta que Einstein le respondió Señorita, se lo voy a explicar de la forma
más sencilla, imagine que usted está un minuto sobre las piernas de su novio,
ese momento a usted le parecerá insignificante, mas imagine que a usted la
sienten un minuto sobre el fuego de una estufa, ese momento a usted le
parecería una eternidad…
Orquesta proviene del griego orxestra, luego fue llevada al latín orchestra, y no tenemos idea precisa de
cuánto ha significado la trayectoria de veinte años de la Orquesta Antonio Estévez para Calabozo, para
nuestra gente y para los diversos escenarios donde le ha tocado darse a
escuchar…
Y como no sé de música, ni tengo voz para
el canto, sin que sea la Cantata Criolla,
voy a entresacar de Florentino y El
Diablo versos de canto y música que en octosílabos recopilara Alberto
Arvelo Torrealba, para que los escucháramos y leyéramos en la alternancia de
Florentino con El Diablo
Pasa cantando una copla
sin la mirada volver:
-Amigo, por si se atreve,
aguárdeme en Santa Inés,
que yo lo voy a buscar
para cantar con usté…
En un verso largo y hondo
se le estira el tono fiel:
-Yo me paro a
responder:
sepa
el cantador sombrío
que
yo cumplo con mi ley
y
como canté con todos,
tengo que cantar con él…
Florentino está silbando
sones de añeja bravura…
cuando
el indio pico de oro
con
su canto lo saluda…
Me
gusta cantar al raso
de
noche cuando ventea
porque así es cómo se sabe
quien mejor contrapuntea…
Ni
que yo fuera lechuza
en
campanario de aldea
para
cantar en lo oscuro
con
esta noche tan fea…
Déle
tregua a la porfía
pa que tome y se serene
si
no quiere que le falle
la
voz cuando se condene.
Mientras el cuatro me afine
y la maraca
resuene…
Coplero que canta y toca
su justa ventaja tiene:
toca cuando le da gana,
canta cuando
le conviene…
Me acordé de aquel corrío
que me lo enseñó mi abuelo…
¡Cómo me puede callar
coplero recién vestío!
Ando atizándome el brío
con el fuego del romance
que es don de mi señorío…
Dame campo pensamiento
y dame rienda albedrío
pa’ enseñarle al que no sabe
a rematar un corrío…
Si me cambió el consonante
yo se lo puedo cambiar…
Los graves y los agudos
a mí lo mismo me dan…
¡Ay! Catire Florentino,
cantor de pecho cabal,
qué tenebroso el camino
que nunca desandará…
Mientras la voz se me escuche
por sobre la tempestá,
yo soy quien marco mi rumbo
con el
timón del cantar…
Muchacho
Según Joan Corominas, en el Diccionario
Crítico-Etimológico Castellano e Hispánico, la palabra muchacho proviene del
antiguo vocablo mochacho, y este probablemente derive de mocho, en el sentido
de esquilado, rapado, por la vieja costumbre de que los niños y jóvenes llevaban
el pelo corto, y filológicamente la primera documentación del vocablo muchacho
se registra en el año 1251, en la obra Calila…
El término muchacho mantiene su uso y su
significación de niño o joven en los momentos actuales, tanto es así que hasta
en campañas políticas aparece en el discurso este vocablo. Y en políticas de
acción social se escucha acerca de la
construcción de la ciudad de los muchachos…
También nos encontramos con que los
padres, y sobre todo las madres utilizan la palabra muchacho para referirse a
los hijos, aun cuando estos sean adultos desde hace ya bastante tiempo…
Sin embargo, la referencia que nos ocupa y
da lugar al título de estas líneas, se remonta a los años sesenta, cuando yo
era un muchacho. Recuerdo que para ese tiempo había en Calabozo cinco salas de
cine con estos nombres Tropical, Lazo
Martí, Guárico, Adriático, Páez; no olvido que en la entrada de estos cines
cambiábamos suplementos de Tarzán por
Superman; Tawa por Memín: Red Rider por Linterna Verde: Mujer
Maravilla por Santo, el Enmascarado
de Plata; Flash por el Llanero Solitario; el Látigo Negro por Far West; Batman por Vidas Ejemplares, y demás trueques en el
amplio etcétera de suplementos o historietas…
Y cuando estábamos ahí en la entrada del
cine, antes de pasar a la sala donde proyectaban la película, preguntábamos ¿Quién es el muchacho de la película? En
ese entonces, en las películas, sobre todo en las vaqueras, el muchacho era
el que se las sabía todas, era el más rápido con las pistolas, el más recio con
los puños, el que se quedaba con la mujer más linda de la pantalla, y algunos tocaban
guitarra, armónica y hasta cantaban; el muchacho
era el héroe sin par, y como signo característico el muchacho tampoco moría en la película…