Francisco
Pancho Díaz In memoriam
Pancho era amigo de la conversa llanera,
así lo dijo tantas veces, en las diversas ocasiones cuando compartimos en
espacios cerrados o abiertos allá en Mérida, y por tanto le ofrendo estos dos
versos del poeta zaraceño Ernesto Luis Rodríguez
Aquí llora una lágrima infinita
por
el amigo muerto…
Ahora para mí y para los que son sus
amigos, Pancho sigue presente en su
forma permanente de hilvanar cuentos y chistes y demás maneras suyas de llevar la
vida en compañía del chiste y del buen humor…
No sé cuántas veces me animaba, para que
soltara algunos de los refranes y coplas propias de los hombres y mujeres del
llano, y que fueran los más sabaneros y sin escuela como los de Dámaso
Figueredo o como estos octosílabos campiranos con que responde Florentino al Diablo en la leyenda recopilada y amaestrada por el barinés Alberto
Arvelo Torrealba
Cuando
el gallo menudea
la
garganta se me afina
y el juicio se me clarea.
Yo soy como el espinito
que
en la sabana florea:
le doy aroma al que
pasa
y
espino al que me menea…
Terminamos parafraseando al poeta Ernesto
Luis Rodríguez
Pancho, amigo,
aquí,
ahora y siempre florece tu sonrisa,
porque
eres presencia infinita…
Adelfo Morillo