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viernes, 23 de mayo de 2014

Andanza por nuestro idioma 56



Andanza por nuestro idioma           56

     Las tareas escolares comienzan en Kindergarten, palabra alemana, Jardín de niños, y esas tareas no terminan con los estudios universitarios, se nos prolongan por toda la vida… Las tareas de vida son una misión y terminan con nuestro último aliento, he conocido albañiles, carpinteros, obreros, amas de casa, mujeres que trabajan realizando oficios de doméstica que casi dejan la piel y todos sus esfuerzos los realizan, para que los hijos alcancen a terminar una carrera universitaria, y no se rinden; los hijos se gradúan y aún continúan tantos de esos incansables misioneros haciendo la misma labor, pero ya con la satisfacción y la alegría como galardón, otros se quedan en casa, porque los hijos graduados empiezan a trabajar y les piden que ya pueden estar más tranquilos en el calor del hogar…
     Yo estudié y me gradué y todas las actividades que he realizado, las he cumplido con gusto y ahora estoy jubilado, pero sigo cumpliendo actividades relacionadas con educación, y también me dedico a esta tarea de escribir, y en cada página intento dar orientaciones optimistas y sinceras; no me siento cansado, sí muy retribuido porque en momentos y sitios diversos recibo saludos y atenciones espontáneas, que agradezco a Dios y a las personas que han sido mis estudiantes, familiares y amigos…
     En esta tarea de escritura me valgo de recuerdos, vivencias, lecturas, y también con la ayuda de más de cinco sentidos abiertos al aprendizaje, al amor y a la alegría, y con fe sincera porque cada día presente y futuro los veamos en horizontes de paz, concordia y buena convivencia humana…
     Mi papá le decía tarea a la labor de cortar el monte de un pedazo de terreno como de media hectárea, fui con él tantas veces en la curiara agua arriba del Apure a desmontar alguna roza, él con el machete amoladito y con el garabato, tarea que realizaba en la entrada de aguas, salíamos en la mañanita y llevábamos de bastimento cambures o catalinas negras con queso blanco blandito, y yo miraba sentado bajo la sombra de algún árbol, y mi papá, el solazo y los zancudos, todo era un zumba que zumba el machete y el garabato, las resolanas,  las picadas y los pinchazos…