Solo era un muchacho
Me ando cada día
en el patio,
alguna mañana me
depara
olor a albahaca o
a mastrantos
ahí me ando y
miro,
miro alguna planta
de flores amarillas,
en un amarillo que
excede tal color;
alguna tarde me
depara
sabor de coco o de
mangos,
ahí me ando y
pruebo puntería
contra mangos en
sazón,
mi brazo no
responde igual,
ya ando en el
atardecer de mis años;
alguna noche me
sorprende
rondas de
luciérnagas,
cómo me encanto,
me extasío,
ahí me quedo,
pienso y siento;
me voy a mi
infancia,
ahí me quedo,
lloro sin lágrimas
y me estremezco,
sigo tejiendo mi
presente continuo
con que he ido
bordando mis estelas de recuerdos,
a donde voy solo a
abrevar en los recuerdos bonitos;
sigo tejiendo mi
presente continuo
que presiento en
futuros ingrávidos
con olor a bonitos
momentos;
no niego los feos
momentos de futuro
esos también los
presiento,
andan en la estela
del tiempo;
mas sigo en el
patio,
donde aparecen o
se esconden las lagartijas
y los morrocoyes,
donde florecen las
plantas,
donde paren las
plantas,
a donde llegan los
pájaros
de colores, de
formas y en cantos;
sigo en el patio,
de donde me vengo
y escribo lo que
pienso y lo que siento;
mas aun sigo en el
patio,
de allá me viene
zumbido de alas,
olores de azahares
y de recientes chubascos,
y de allá me vienen
mis más bonitas alegrías,
las que he venido
soñando desde mis años mozos,
de cuando solo era
un muchacho…
Adelfo Morillo