Respeto
por la palabra 94
Este
mundo bueno sin par
En
esta madrugada miro una llamada perdida de un amigo, Argenis, lo llamo y me
dice: Está haciendo un calorón que no se aguanta...; contesto y le digo: Aquí
está fresco...; de hecho hacía brisa y después de la conversación comienza a
hacer más brisa... Dios nos da la vida, para que muramos en algún momento; mas
esto de morir no lo asumimos como algo normal; esa es una realidad, no es pesimismo...
Dios hizo este mundo y hasta este presente nos ha traído, no admitimos que la
mayor parte de la gente es buena, por eso se mantiene el mundo, la gente buena
somos el orden y equilibrio mundial... Si la mayor parte de la gente fuera
mala, ya nos habría aniquilado a los buenos y no sería el mundo de Dios, porque
Dios es bondad, amor, belleza... Argenis, a ti y a tantos amigos y amigas más,
estamos presentes en este mundo para llevar palabras de aliento y para que
hagamos obras de bien... Miro, leo, hablo, escribo cosas como estas de este
momento, jueves de madrugada, después de la lluviecita vespertina de ayer
miércoles, luego me estuve en el patio y se siente el frescor, la sonrisa verde
en las hojas de las plantas, los pájaros en sus vuelos y en sus cantos, los
mangos que ya maduran; mientras saboreamos María y yo junto con mi hermana,
Greta, y de mis sobrinos, Bexy y Luigi, dulce de ciruelas y arroz con leche
preparados con panela; Luigi prefiere café con pan dulce... Y ahora en este
crepúsculo matutino empiezan los pajaritos a cantar y sigue la frescura en la
sonrisa verde de las hojas de las plantas y en infinitas cosas más de este
mundo bueno sin par...
Adelfo Morillo