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sábado, 14 de diciembre de 2019

Pinceladas acerca de Aimé Bonpland




Pinceladas acerca de Aimé Bonpland

         Julieta Salas de Carbonell en su libro Vívido sur  Historia, crónica, leyenda…, publicado por Editoriales Marisa Mena, Caracas, 2.013, en el capítulo Cautivados por el sur, en las páginas 155 y 156 leemos el título Aimé Bonpland el hombre que amaba las plantas...
     El Aimé Bonpland (nace en La Rochelle, Francia, 28 de agosto de 1.763, muere en Santa Ana, Argentina, el 10 de mayo de 1.858) que arribó a las costas de Cumaná en 1799 ya era un afamado botánico, estudiante del Muséum d’ Histoire Naturelle en París, médico cirujano con doctorado, había trabajado con naturalistas y botánicos. En ese entonces los que más conocían de plantas eran los médicos, pues casi todas las medicinas eran naturales y había que saber distinguir las plantas que curan de las que pueden matar… Fue invitado a unirse a una expedición que preparaba, según escribe el periodista colombiano Guillermo Angulo, el rico, poderoso, presuntuoso y aristocrático barón Alexander von Humboldt, aficionado a las cortes, a la literatura, a la buena música, a la pintura, a la investigación científica y a los jóvenes bellos
     Es así como entre 1.799 y 1.804, Bonpland llegó a conocer Venezuela, Nueva Granada, Ecuador, Perú, México, Estados Unidos y Cuba… Su nombre Aimé, se traduce al castellano como Amado, su apellido original era Goujaud, pero debido a que su padre cada vez que admiraba las plantas exclamaba bon plant…, buena planta, pues era un plantófilo empedernido, entonces la gente apodó a padre e hijo como los bon plant y ellos adoptaron este mote con el ligero cambio a Bonpland…
     Desde el 16 de julio de 1.799, día en que Humboldt y Bonpland desembarcaron en Cumaná, hasta septiembre de 1.801 cuando salieron de La Guaira rumbo a Cuba, recorrieron el oriente, el centro y parte del sur de Venezuela. Varios meses pasaron explorando el Orinoco, que navegaron superando los raudales de Atures y Maipures, hasta San Fernando de Atabapo; continuaron su recorrido por la montaña de Yavita y por el caño Pinichín hasta alcanzar el río Guainía y San Carlos de Río Negro y por el caño Casiquiare regresaron al Orinoco, a la sabana de La Esmeralda y de allí, río abajo, bajaron hasta Angostura, capital de la provincia de Guayana.
     Por la vía de Cumaná volvieron a Caracas, dando así por terminado su incursión  en territorio venezolano. Las observaciones científicas de este viaje están contenidas en el tomo IV de Voyage aux regions equinocciales du Nouveau Continent fait en 1.799-1.804 (Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente hecho entre 1.799-1.804), obra escrita por Humboldt a su regreso a Europa, y referidas en los siete volúmenes de Nova genera et species plantarum (Nuevos géneros y especies de plantas) escritos por Bonpland en colaboración con Humboldt (nace el 14 de septiembre de 1.769 en Berlín, Reino de Prusia, muere el 6 de mayo de 1.859 en Berlín…

     A causa de su larga estada en tierras inhóspitas, Bonpland contrajo unas fiebres palúdicas recurrentes y una enfermedad incurable… El científico, refiere el periodista Guillermo Angulo, se platanizó, empezó a añorar la comida americana, nuestra manera de ser, los paisajes con ríos y palmeras, las chozas con piso de tierra y techo de paja, el clima y, finalmente, nuestras mujeres. Esta enfermedad se le agudizó a su regreso a Francia y mientras Humboldt buscaba afanosamente la gloria y cosechar laureles, Bonpland siguió soñando con volver a América…
Adelfo Morillo