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miércoles, 20 de noviembre de 2019

Lirios de amor




Lirios de amor

     La estrella marcó el camino desde hace casi dos mil años, en esa madrugada en un pesebre de Belén. María fue elegida y bendecida, nació Jesús y a su lado estaba José… Jesús llegó a sus treinta años de edad, comienza a anunciar su evangelio, la buena nueva, basado en el amor, hace milagros y cada buena manifestación en nombre de Dios, Padre de todo lo creado… Tres años después de su prédica es entregado, apresado, juzgado, sentenciado a morir crucificado, y a la hora nona de aquel día ofrece su último aliento encomendándose a Dios… A partir de ese momento no se entiende lo que significa y abraza el amor; para los días actuales se ha llegado a lo más bajo, cuando se llega a decir, para tener relaciones sexuales Hacer el amor
     Jesús dijo Mi reino no es de este mundo… Este mundo donde prevalece la obsesión por ell dinero, la mentira, la ambición, el odio… El mundo al que a cada momento le damos la espalda, es al mundo de amor… ¿Y qué es el amor..? El amor es respeto a la naturaleza, al aire, al agua, a la flora y a la fauna… Es cada manifestación bella y buena de nosotros, mujeres, hombres, niños… En el Nuevo Testamento, en Mateo, cuando Jesús pronuncia la parábola del buen pastor, previamente leemos… Se acercaron sus discípulos, y le preguntaron ¿Quién será el mayor en el reino de los cielos? Y Jesús llamando ante él a un niño, lo coloca en medio de ellos… Y dijo: En verdad les digo que si no se convierten y se hacen sencillos como los niños, no entrarán en el reino de los cielos
     ¿En dónde está el reino de los cielos? Aquí mismo entre nosotros, en nuestra vida cotidiana, y para están en tal reino, debemos convertirnos y hacernos sencillos; convertirnos es reconocer que nos equivocamos, mas comenzamos a acertar, cuando no reincidimos en las mismas equivocaciones, seguiremos equivocándonos, pero en otras situaciones; ¿cómo nos hacemos sencillos? Debemos ser sinceros con nosotros mismos ante Dios y ante cada uno de nuestros prójimos, y la sinceridad la manifestamos en saber decir las cosas, en saber callar tantas otras, en saber accionar y sobre todo en estar preparado para saber reaccionar en palabras o en hechos…
     El reino de los cielos tiene su base en el amor, ya dijimos que el amor es cada manifestación bella y buena de nosotros, mujeres, hombres, niños; y las manifestaciones bellas y buenas son infinitas, como forma de ejemplos…, cuando escuchamos las situaciones contrariadas de alguien, y ocupamos tiempo para responder con palabras o con hechos ajustados a la situación contrariada de sentirse sin apoyo moral o escasez de techo, de alimento o de vestido; cuando en vez de juzgar a alguien, comenzamos por mirarnos, para saber si nosotros también decimos o hacemos tal cosa que queremos juzgar cuando nos alegramos con los logros positivos de alguien, cuando festejamos sus alegrías, cuando acompañamos sus momentos  amargos, duros, tristes…
     La editorial Oveja Negra publica en Bogotá, Colombia, en 1984, la novela La piedra que era Cristo, del escritor venezolano Miguel Otero Silva, y en la página 154 y siguientes, nos encontramos con estas líneas María Magdalena creyó a cielo abierto que el placer y la felicidad eran una misma experiencia, un indivisible sensación, hasta el momento en que siete demonios se metieron en su cuerpo y se atrincheraron en sus pecados. El primero en colarse fue el demonio de la vanagloria, ella era a mujer más hermosa de  Galilea… El segundo fue el demonio de la sensualidad, el diablo suelto de la lujuria… El tercer demonio la convidaba a saborear en fuentes de plata los manjares más delicados y a paladear en copas de oro los licores más aromosos. El cuarto demonio la adormecía como bajo el letargo de un beleño, la incitaba a quedarse entre almohadones de plumas y sábanas de seda mientras que el sol avanzaba hasta más allá de la mitad del cielo. El quinto era el demonio de la mentira que la llevaba a decirle  a un amante que lo amaba sin amarlo…  El sexto demonio era el amargo espíritu de la frustración, el encanto de su desnudez no llegaría a servirle corazón nunca para torcer la vida de un hombre ni la historia de un país… El último en entrar en su corazón fue el demonio de la melancolía… El demonio de la melancolía era un viento de páramo que le recorría los huesos, una desgracia imaginaria que la obligaba a sentarse a llorar en los rincones…
    Fue en este trance cuando su amiga Juana, que era la mujer de un alto dignatario de la coíarte de Herodes Antipas, vino a consolarla de su tristeza, y le habló de Jesús, el rabí galileo, en quien Juana creía… Juana le repitió las parábolas y las sentencias que el Maestro decía…
     María Magdalena decidió ir a ver a Jesús. El Maestro, que jamás pisaba las piedras sacrílegas de Tiberíades, se hallaba en aquel entonces en Magdala. La cortesana María Magdalena hizo el viaje al lugar donde ella había nacido, donde todos la conocían y ninguno quería saber de ella. Allí indagó que Jesús había sido invitado a cenar por un fariseo llamado Simón. María Magdalena entró a la casa de Simón y supo en seguida cuál de los convidados era Jesús sin que nadie se lo dijese. Se dirigió resueltamente a él, y se arrojó a sus pies y comenzó a bañarlos con lágrimas de fe, y a besarlos, y a ungirlos con el bálsamo que había llevado en un pomo de alabastro. Simón, el dueño de la casa, se escandalizó y advirtió a Jesús que aquella mujer era una pecadora, conocida en la ciudad. Pero Jesús tomó la palabra y le contestó: Cuando yo entré a tu casa no me ofreciste agua para lavar mis pies, esta mujer en cambio los ha regado con sus lágrimas y los ha enjugado con su cabellera y los ha ungido con perfumes. Tú no me diste en la mejilla el beso de bienvenida, en cambio ella no ha cesado de besarme los pies… A María Magdalena le dijo: Tus pecados te son perdonados porque has amado mucho. Tu fe te ha salvado, vete en paz…
     La naturaleza sufre de cólicos, de estreñimientos, y se libera con fumarolas, con erupciones volcánicas; asimismo sufre contracciones, se estira y se manifiesta en terremotos, maremotos, tsunamis; cuando está sobresaturada eructa y se desata en inundaciones; cuando sufre  de calores internos, de fiebres intensas, se cubre de incendios… De igual manera la gente padecemos tales manifestaciones somáticas y peor aún las llevamos en nuestros espíritus… Ahora bien, desde el comienzo del mundo la naturaleza empezó a manifestar cada una de sus expresiones bellas: las aves con sus plumajes, con sus trinos, con sus vuelos o planeadas, las flores con sus pétalos, sus formas, colores y fragancias, los crepúsculos matutinos y los vespertinos con sus arreboles multiformes y variopintos; después sobre la tierra de este planeta aparece la gente, hombres y mujeres; si somos de fe, creemos en la creación de Dios, crea a Adán y a Eva, nacen Caín y Abel, y cierto día Caín mata a Abel, comienza la maldad, el crimen; si nos atenemos a la evolución, acudimos a una especie que tras un largo proceso de mutaciones llega a ser gente, hombres y mujeres; y cuando se da cuenta de que sometiendo a otra gente, puede imponerse y a partir de ahí lograr llevar una cotidianidad más fácil a expensas de tal gente sometida; esta es la larga historia de conquista, de guerra, de ocupación, de esclavitud; cuando la gente logra liberarse, surge el trabajo por un salario, y así nos encontramos hasta los momentos actuales. Physis, fisis, la naturaleza, así la empezaron a denominar los filósofos griegos siglos antes de Jesucristo; la naturaleza perfecta, bella y buena; el cuerpo humano también es perfecto, bello y bueno en su desempeño fisiológico; mas cómo nos vamos alejando de la perfección, de lo bello y bueno, a medida que nos apartamos del amor. Thesis, tesis, orden, teoría para llevarla a la práctica, praxis, así aquellos mismos filósofos griegos empezaron a designar lo que obedece a normas, leyes consuetudinarias, dadas por las costumbres, y las leyes adecuadas a situaciones de la cotidianidad; algunos filósofos dejaban a un lado la naturaleza, como fue el caso de Sócrates (nace en Atenas en 460 a. J., muere en dicha ciudad en 399 a. J.); en el largo recorrido de la vida del universo y la de este planeta en particular, la podemos ubicar en naturaleza y cultura, naturaleza como cada manifestación en la Tierra, incluida la gente, hombres y mujeres; y en cultura como cada cosa creada, producida, inventada por la gente, cosas materiales e inmateriales, asibles e inasibles, concretas o abstractas como edificios, música…
     Hay tantas cosas las más frágiles como mariposas, libélulas, flores, y dentro de las flores, elijamos los lirios, son tan humildes, sencillos, apartados en el sitio más inesperado, y ahí están por si son mirados o no, transcurren e igual no se dieron por enterados de si fueron mirados o no, mas si nuestra sensibilidad da con algunos de ellos, nos dejamos llevar a pensamientos y sentires indescriptibles; así debería ser cada segundo de nuestra existencia, para darnos, para dar, para ser útil en la medida de nuestras capacidades materiales, intelectuales, espirituales, sin esperar recompensas, reconocimientos; tal tesis es ideal, somos idealistas, pues bien, este es el real camino hacia el mundo de amor…
     Cada día cuando oro, lo hago así… Dios, Padrenuestro… Estás en el cielo (sitio en donde solo reina el amor)… Santo es tu Nombre… Ven a nosotros con tu Reino… Haz tu voluntad en el cielo y en la tierra… Danos hoy nuestro pan de vida (pan físico y espiritual)… Perdona nuestras ofensas, haz que perdonemos a los que nos ofenden… No nos dejen caer en tentación… Líbranos del mal (líbranos de hacer mal, líbranos de cada mal)… Amén…
     ¿En dónde están la belleza y lo bueno, la bondad..?          
      La belleza está en cada espacio, en cada lugar, excepto donde hay inmundicias… Asimismo está en cada tiempo, en cada momento, aun en algún instante de tristeza… Igualmente la belleza está en cada circunstancia por muy difícil que sea… Cuando una persona desconocida nos atiende amablemente, o viceversa, cuando atendemos a personas que no conocemos, a pesar de las previsiones por los hechos lamentables que no debieran suceder, mas sabemos que hay gente contraria al amor en palabras y acciones; cuando una madre se da en amor por sus hijos, cuando un padre se entrega en amor por los hijos; cuando los hijos se manifiestan en amor por madre y padre; en el agua cristalina que corre fresca sobre y entre la hierba…
     Alguien preguntó a Albert Einstein (físico y matemático alemán, nació en Ulm en 1879, muere en Princeton en 1955), si él creía en Dios; y Einstein responde Sí, creo en el Dios de Spinoza (Baruch Spinoza nace en Amstedam en 1632, muere en La Haya en 1677); Spinoza de entre sus libros, transcribimos esta cita por ser una idea fundamental de su teoría filosófica Ética demostrada según el orden geométrico
     Por Dios entiendo un ser absolutamente infinito, esto es, una sustancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita…
     En el mundo de la cultura podemos señalar las pinturas rupestres de los cavernícolas, el arte egipcio, el arte micénico, el arte griego, la poesía, la filosofía, más actual el cine, el entorno de la cibernética, y en cada hecho de arte, de creación humana vamos a toparnos con ideas de belleza, en la música quizás la forma más elevada para llegar a Dios; y como vemos es la gente y la cultura, es un ente natural y racional a la vez, hombre o mujer, la que va a exaltar en su forma particular alguna manifestación de belleza, en la danza, en el canto, en el baile, en la actuación, en la escultura, en la pintura, en la arquitectura…
     Cierta tarde paseábamos en el automóvil mi mamá y yo, y en algún momento me dice Mira los lirios sabaneros. Qué bellos aparecen apenas caen los primeros aguaceros… Esto fue frente a los esteros de Camaguán, íbamos rumbo a la Villa de Todos los Santos de Calabozo, y así es cómo en cada cosa o ser vivo o inanimado se manifiesta una porción de la belleza sublime que emana de Dios…
     ¿Cómo darnos amor..? Ya no hace falta inventar nada más… Solo debemos llegar al amor, para andar iguales con el prójimo; si sufre, nos acercamos y vemos cómo ayudamos; si disfruta, nos alegramos por su dicha; solo la naturaleza se manifiesta sin más, no pregunta, no mira hacia adelante ni hacia atrás, se hace sequía o inundación, se vuelve terremoto o huracán, se estremece en tsunami o en volcán, y no se inmuta, florece o arrasa, y la culpamos, sin razón, no la respetamos; talamos, quemamos, la envenenamos, y hablamos de calentamiento y de efecto invernadero y de tantas cosas más; digamos la verdad, sobre todo los políticos, y cada líder en su comunidad; vayamos al amor, para respetar la naturaleza, para respetarnos entre todos, para ceder  sana la naturaleza a nuestros hijos y nietos; solo el amor nos salva, para vencer el odio en cada una de sus manifestaciones, para dejar la envidia, la mentira y la mezquindad; abrevemos en el aljibe de nuestro corazón; andemos con el tiempo, mientras nos dura el hálito de vida, porque inexorable el tiempo nos rebasa y sigue sin pausa… ¿Y en dónde encontramos el amor?, en las cosas menudas y sencillas, en la florecita silvestre que se da a nuestros ojos, en la mano que nos tiende una atención, en el aliento que nos acompaña cada segundo, en cada una de tantas pequeñas cosas que no consideramos, porque no nos sorprendemos y nos hemos olvidado del asombro… ¿Y cómo damos amor?, si sonreímos con sinceridad, si tenemos tiempo para los amigos sanos o enfermos, si cada palabra que decimos y cada cosa que hacemos, lleva esencia de bien… ¿Nos equivocamos diariamente?, sí, en cada momento, hasta por omisión; pero rectificamos  y seguimos adelante para seguir equivocándonos, pero solo en otras situaciones, no en los mismos errores…
     En el patio atiendo las plantas, ahí andan la gallina y sus pollos y dos morrocoyitos, y allí llegan lagartijas, iguanas y culebras, voraces ardillas, lechuzas, murciélagos y hasta gavilanes, y no sé cuántos pájaros más, y a veces se oye el canto de la lechucita color chocolate, se le da el nombre de pavita; pero también se oye el canto de gallos y de alcaravanes, y solo miramos y escuchamos; no nos gustan las ardillas, los murciélagos ni las culebras, tampoco nos gustan las hormigas bravas, el comején ni los bachacos… Ah…, pero cómo nos gusta la brisa que entra por los corredores y los olores de lluvia y los fogonazos de los relámpagos, y también al rato el zumbido del trueno con el brisote del chubasco…
A la alegría y al amor en Dios
       El canto sentido de hombres y mujeres nos hace comprender cuánto puede consolar un abrazo en un momento de congoja, soledad o dolor, otras veces puede ser una súplica, porque necesitamos de la compañía sincera de amigos, y una canción nos hace expresar con más sentimiento alguna despedida… Cuando alguien canta nos puede llevar a prometer eternos instantes de adoración, y es porque las canciones nos llaman a la libertad sin perjudicar la libertad de alguien más, cuando un hombre o mujer canta  parece que hablara por nosotros y con su voz nos permite afrontar los miedos y ofrendar nuestros buenos sentimientos… Cuando alguien canta y entrega alma, corazón y vida nos hace comprender que el dinero es importante, pero el sentir verdadero es el más firme tesoro después de la vida y la salud… El canto sentido de hombres y mujeres nos hace disipar toda angustia y el alma se nos llena de anhelos de mejores días y noches para toda la humanidad, con una canción se nos va la ansiedad, y sabemos que la maldad existe, pero confiamos en que el amor seguirá reinando en las palabras y en los hechos de los seres humanos… David armonizaba música y cantaba para elogiar a Dios, porque los cantos debieran ser para agradecer a Dios, y no tanto para pedirle y hasta culparlo, cuando nos suceden cosas, donde no queremos aceptar nuestras equivocaciones; y es porque cuando alguien canta con sentimiento las cosas más pequeñas las llena de luz y ensoñación… Si yo fuera cantante le cantaría a cada manifestación de vida, porque sé que todo nos viene de Dios, le cantaría a las gardenias y a toda flor, cantaría con todas mis fuerzas al tiempo, que en su caminar inexorable nos regala cada aliento de nuestra vida, mas como no soy cantante, entonces le escribo a cada hombre y mujer que canta, porque los sigo cuando le cantan a la tristeza y a la alegría, a los desilusionados y a los enamorados, a la brisa que roza nuestras mejillas y a la inmensidad del cielo y mar azul; porque por la voz de los cantantes sentimos que lo que creíamos imposible, se nos torna posible, como si de un sueño se tratara, y en las noches una canción la volvemos serenata bajo un claro de luna… El canto sentido de hombres y mujeres nos permite darle gracias a la vida, como si se tratara de un himno sin fin a la alegría y al amor en Dios…

Lirios de llano, lirios de Filomela,
lirios de sabana, lirios de madres.
alientos de naturaleza,
hálitos de Dios…
Lirios albas, lirios atardecidos,
lirios blancos, lirios de amor,
capullitos de aromas, besos cundeamor,
lirios llaneros, lirios sabaneros,
espumas de bora, plumitas de arroz,
lirios de recuerdos, lirios de amor…  
                                                     Adelfo Morillo