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miércoles, 24 de julio de 2013

Un sueño y una nube


Un sueño y una nube

     Anoche dormía y soñaba que iba caminando entre una grande, frondosa y multicolor arboleda, y el suelo estaba todo cubierto de pasto muy verde, y cuando salí de tal cantidad de árboles, llegué a un llano parejito, seguí caminando y escuché el correr de un río, seguí en su dirección y parada en la orilla estaba una mujer blanca, de cabellera ensortijada negra abundante, a tan linda criatura la cubría un largo vestido que dejaba entrever sus encantadoras formas de mujer hermosa, y como estaba descalza, pude mirar los más bellos pies en cuerpo de mujer, me atreví a preguntarle qué hacía ahí sola y que me dijera su nombre, me dijo que no estaba sola, no porque yo hubiera llegado, sino porque ella era un ángel de amor, también me dijo que no me hacía falta saber su nombre, y que no intentara mirar su rostro, porque si lo hacía, iba a pasar del sueño que estaba teniendo a confundirme con la eternidad…
     En la mañana cuando desperté, me levanté y salí hasta el patio de mi casa, levanté la cara al cielo, y entre una nube divisé de espaldas una forma de mujer con la misma apariencia del ángel de amor del sueño, extendió las dos manos que sostenían una grandiosa flor, y muy pronto la nube se desvaneció…
     Un sueño y una nube como formas etéreas son inasibles, pero tengo en mi memoria estas imágenes que me llevan a reflexionar acerca de mi propia vida, porque he cometido sinnúmero de equivocaciones, y sin duda voy a seguir equivocándome, pero si logro comprender el perfecto sentido de amor, sé que ya no me desviaré del camino de bien y verdad, y para aceptar las cosas inexorables y afrontar cada día en paz y con alegría…