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viernes, 19 de abril de 2013

Las citas y una poesía a la mujer y a la rosa


Las citas y una poesía a la mujer y a la rosa


     Las citas tienen diversas lecturas, pueden servir para decirlas en público como alimento de vanidad, logran a veces ajustarse a una circunstancia y llegan como anillo al dedo, pero también pueden no decirnos nada, si no tenemos información previa de lo que ellas refieren, tomemos de ejemplo esta:

     “Damocles nunca danza mejor que bajo la espada. La libertad coincide con el heroísmo”, aparece en el libro El hombre rebelde de Albert Camus; si no sabemos la referencia de Damocles, nos quedamos sin mensaje, porque no lo podemos descifrar, para que la comunicación se dé, debemos preguntar, o si no irnos a averiguarlo en alguna enciclopedia, y así descubrimos que Damocles fue un noble siciliano del siglo V a. de C., que siendo cortesano de Dionisio el Viejo, tirano de Siracusa, y nos dice la tradición que Damocles envidiaba el trono del rey, y este le concedió por un día el gobierno del reino, y sobre su cabeza colocó una espada pendiente de una crin de caballo, y con esto Dionisio le dio a entender que el poder de los tiranos no es envidiable.
     Mi manera favorita de leer es acostado en la cama o en el chinchorro, y sucedió que estaba acostado en la cama del corredor, cuando miraba a mi alrededor, me alegraba de estar vivo y con salud, y desde ahí observé que una mata de mango batía sus ramas sobre una mata de caruto, y esta sombreaba al limonero, y este movía sus ramas sobre la dama de noche, y como era de tarde sobre la pared se posó un cucarachero a cantar, y por el suelo se arrastraban unas lagartijas, mientras esto sucedía, me vino la idea de las citas en las letras. A mí antes me gustaba retener citas, ahora por la lectura permanente se me van quedando sin intención manifiesta, y solo si en verdad se adecuan a una situación momentánea, las utilizo con naturalidad, sin ningún indicio de pedantería o vanagloria, quiero decir que me parece más significante hablar de alguna obra, y contar y describir algún planteamiento literario, que le dé sazón, claridad y color a lo que se está conversando, bien sea de tristeza y dolor o de alegría, y voy a cerrar con una idea de poesía a la mujer y a la rosa, en un terceto monorrimo de Rubén Darío:

                                  “El verso sutil que pasa o se posa
                                   sobre la mujer o sobre la rosa,
                                   beso pudo ser o ser mariposa.”