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lunes, 28 de mayo de 2018

El asombro en la lengua castellana



El asombro en la lengua castellana

         Acaso, nos hemos detenido a observar, y después, nos hemos preguntado,  si la lengua castellana obedece la mayor parte de las veces a normativas gramaticales, entonces,  por qué, en incontables oportunidades,  cuando hablamos o escribimos, nos damos cuenta de que esta lengua también responde a arbitrariedades, que no consiguen ninguna respuesta lógica; para mostrar lo que estamos planteando, vamos a hacer estas visualizaciones curiosas en un agradable juego con nuestro vocabulario castellano
       Escribimos conciencia y consciente, debe estar bien escrito también conciente; porqué pez y pescado; fogón, también puede ser fuegón; fondo, fondillo, sin embargo decimos y escribimos fundillo, fondo y fundo se hermanan en igual significado; septiembre, noviembre, diciembre (significan séptimo, noveno, décimo, y con ellos designamos décimo, undécimo, y duodécimos meses del año); de barba, imberbe; asimismo esta lengua responde al gusto del usuario, así tenemos las formas cantara, cantase, comiera, comiese, partiera, partiese (estos son solo ejemplos para los demás verbos) pues bien, cada quien elige, según como quiera, alguna de esas dos formas; con esto podemos significar que cuando hablamos o escribimos, nos vamos a encontrar con palabras y expresiones que nos llevan a dudar, a preguntarnos, y si somos dados a enterarnos de cómo hablar y escribir bien, seguramente, buscaremos en libros y en conversaciones con otras personas las respuestas más acertadas a tales inquietudes.

                                                                                          Adelfo Morillo