Miguel Ángel Asturias
Miguel Ángel Asturias nació en Guatemala
(1899); se da a conocer como poeta con la publicación de Clarivigilia primaveral y como dramaturgo en Soluna; mas sus galas literarias nos las va a dar con su producción
narrativa El señor Presidente, Leyendas de Guatemala, Hombres
de maíz, Mulata de tal, Week-end en Guatemala, Viento
fuerte, Los ojos de los enterrados
y El Papa verde… Publica en Madrid en
1930 Leyendas de Guatemala, donde
ofrece una visión poética de los mitos mayas… Un año después publica una
edición francesa y Paul Valéry dice de estas leyendas cortas que son como
“historias, sueños, poemas…”
Gabriela Mistral dijo de El señor Presidente en 1946 (año de
publicación de la novela): “Yo no sé de dónde sale esta novela única, escrita
con la facilidad del aliento y del andar de la sangre por el cuerpo… La famosa
lengua convencional que Unamuno pedía a gritos, cansado de nuestras pobres y
pretenciosas retóricas, está en El señor
Presidente hasta un punto que don Miguel de Unamuno no sospechó…” Asturias
como escritor no se enmarca en un castellano cerrado, porque crea palabras y
giros sintácticos, enriquece y da brillo a la prosa con acentos y ritmos
poéticos, inventa juegos de palabras traídos de los mitos americanos, griegos,
babilónicos y hasta persas y árabes, y exhibe asombrosas metáforas y
repeticiones verbales…
Hombres de
maíz publicada en 1949 es una novela donde Asturias combina los mitos, con
las leyendas americanas, y todo un ambiente real y maravilloso, pintoresco y
dramático…En esta acción narrativa nos encontramos con tipos característicos
como el cacique Gaspar Ilom , cuya familia fue asesinada por los soldados, y él
muere siendo envenenado; Tomás Machojon, envenenador de Ilom porque esa muerte
fue sentenciada por los hechiceros; el hijo de Machojon se encuentra con el
diablo y desaparece cuando iba a encontrarse con su prometida Candelana
Reinosa; los hermanos Tecún obligados por un hechicero matan a la tribu
Zacatón, a cambio de sanarles a la madre; y el ciego Goyo Yic, abandonado por
su esposa María Tecún…
Quizás las lecturas de las Mil y una noches inspira a Asturias para
crear el drama, que combina la cultura india con el mundo cultural
guatemalteco, Soluna que la estrena
en 1955, en un ambiente edénico de América, en que intervienen el realismo
americano junto a la fantasía y al mito, con hombres de sol y luna, de vida y
muerte, de luz y sombra de un eclipse… Los personajes Mauro, hombre campesino,
y Ninica, mujer citadina, ya casados, firman un pacto con sangre, por el cual
si a ella no le gusta el campo, puede regresar a la ciudad, cosa que sucede en
efecto, y Mauro con gran pesar la deja partir. Ninica necesita huir, los
criados la critican, la llaman “tecuna” como a las ingratas legendarias. Mauro
se desespera por el abandono de la esposa, y acude a Chamá Soluna, la maga, que
puede hacer que el tiempo vuele y que los días de oro se tornen sueños. La
angustia de este hombre es superior a su falta de fe en los astros. Y en un
sueño mira que Ninica vuelve, y cuando despierta ella está a su lado. Ha vuelto
porque el tren en donde viajaba a su ciudad descarriló. Pero Chamá Soluna fue
la que provocó el accidente, conjuró el eclipse, y su mágica influencia hizo
regresar a Ninica para siempre. Ninica vivía una angustia de insatisfacción, de
infelicidad por abundancia o carencia, y como dice su criada Tomasa en una
frase contradictoria: “Todo me sobra, y me falta todo.” Asturias usa el recurso
de una anécdota matrimonial para regalarnos
una estampa del mundo maya, pleno de realismo fantástico y mágico, y
todo ello en una mezcla de palabras guatemaltecas con un castellano casi recién
inventado, para cincelar este drama de magia y poesía.
El 19 de octubre de 1967, día de su
cumpleaños, recibe el Nobel de Literatura, y con el pasar del tiempo podemos
afirmar que es el escritor de nuestros mitos americanos, de las nuevas imágenes
y metáforas, que con maestría y originalidad crea en sus obras un mundo
fantástico, real y maravilloso.