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viernes, 14 de agosto de 2015

Tras de una vida sencilla 4

Tras de una vida sencilla                    4

        Desde mis seis años de edad recuerdo que me empezaron a llevar a misa, después en la primaria, durante el bachillerato, escuchaba el nombre de Dios, pero nunca había encontrado eco dentro de mí, hasta aquella mañana, cuando Mariela me regaló su Biblia, con una dedicatoria para mí, donde me llamaba a que me acercara a Dios, pero aun yo seguía con mis dudas; mientras tanto seguíamos Mariela y yo, seguíamos estudiando Italiano, escuchábamos canciones en italiano, y las traducíamos, sin embargo, las canciones que más escuchábamos eran en inglés, estoy seguro de que fueron sopotocientas y más; pero mi mundo de estudio junto a Mariela se tambaleaba, yo estaba en Mérida sin sustento de dinero, y un día un compañero de clase se dio cuenta de mi situación crítica, y habló con los profesores de Francés, y dos de ellos, franceses fueron a Bienestar Estudiantil de la Universidad, hablaron de mi situación con unas Licenciadas, y al mes siguiente empecé a recibir un aporte económico, y luego a los pocos meses aprobaron mi beca de estudio. Yo sentía que el mundo se tornaba más hermoso, en el día contemplaba la belleza y perfume de las flores y también de cada una de las cosas que observaba, y de noche me embriagaba con los coqueteos de la luna y con los pestañeos de las estrellas; y cómo reíamos Mariela y yo, y ella se sentía tan feliz con cada uno de mis logros, y caminábamos la montaña, y nos bañábamos en sus ríos, y nos encumbraba el concierto de guitarra, que nos regalaba Enrique, uno de los compañeros de estudio, en medio de un paseo, sentados sobre el pasto en la falda de la montaña, frente al pico Bolívar en la sierra nevada…
Adelfo Morillo