Mostrando entradas con la etiqueta Seamos luz. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Seamos luz. Mostrar todas las entradas

viernes, 13 de diciembre de 2019

Seamos luz



Seamos luz

     Hace algunos años, finales de 1996, cuando me enteré de la muerte trágica de un exalumno de bachillerato, Luis Guillermo, fui al velorio, expresé mi sentimiento de dolor a la madre, Gioconda, y luego me llegué hasta el apartamento, donde yo vivía en ese entonces, frente al Aeropuerto de la Villa de Todos los Santos de Calabozo, y me senté a escribir estas líneas de sentido afecto, con este título

Seamos luz


¿Cuánto dolor para una madre
que despide a su hijo para siempre..?
Mas seguimos aquí frente al sol…
¿Cuánto llanto para este dolor..?
Mas continuamos así frente a esta verde canción…
¿Cuánto amor para un hijo que no vuelve..?
¿Cuánto calor para una piedra en el infinito..?
Yo no sé cuánto pesa el tormento.
Yo no sé cuánto cuesta el sentimiento.
Pero aquí estamos frente a esta hoguera,
pero aquí alimentamos calor de fogatas,
frente a esta noche profunda
se viene acercando un candil de luciérnagas…
Frente a esta hora de congoja
se viene arrimando un  farol de estrellas…
Que este grito resuene y muerda, muerda,
que muerda adentro, muy adentro…
Que solo Luis sea luz…

Que no haya epitafio, Guillermo,
algo se desgarra, ay, entraña, ay,
adentro se rompe, ay, adentro, ay…
Estoy frente al hijo de Gioconda, ay,
¡qué soledad tan profunda, ay...!
Una sombra inmensa se levanta,
su oscuridad se agiganta,
pero este dolor rompe, rompe…
¡Cuánto duele esta luz..!
Con estos colores de noche,
con estos presagios de navidad,
seamos luz, seamos luz…

No me pregunten por qué tanto golpe…
Yo no sé cuánto de llanto.
Solo quisiera elevar un canto,
solo quisiera alzar una oración,
pero el dolor rompe, rompe
estos colores de noche
rompe, rompe, rompe
estos presagios de navidad,
para que seamos, seamos luz…
Con Luís, seamos luz,
con Guillermo seamos epitafios…
Sigamos con el río
hasta llegar al mar…
Volvamos con la lluvia
hasta las entrañas azules de la luz…
                                             Adelfo Morillo