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lunes, 7 de abril de 2014

En El Picacho 19

En El Picacho                              19

     Mi papá buscaba bejucos flexibles, los cortaba y con un pedazo de nailon lo curvaba en forma de arco y así construía una marimba o monocordio, y de esa sola cuerda dejaba salir ritmos monótonos y armónicos; y tomaba algún tallo de hoja de lechoso y lo cortaba por ambos extremos, le hacía un corte en la parte superior y cortaba del mismo tallo una cuñita, que colocaba debajo del corte, y de esa especie de flauta lechoseril dejaba salir acordes melódicos; también me enseñó a hacer gurrufíos, tomaba chapas de refrescos, las aplastaba con el martillo, le hacía dos agujeritos, por donde dejaba pasar una cabuya, y giraba y zumbaba el gurrufío, y zumbaba y giraba, y hasta cortaba cabuyas, y si uno se descuidaba, nos podía cortar el gurrufío; mis hermanos Greta, Wistrimiro, Ciriaiza y Wilfredo, que vivían en la calle Muñoz de San Fernando de Apure, con nuestra mamá Cecilia Filomena y con Ramón Ceballos, el padre de ellos, hacían los gurrufío con botones, que agarraban a escondidas de nuestra mamá,, que era modista y tenía un amplio surtido de cosas de modistería y de costurería en el mismo sitio, donde tomaba medidas a las clientas, que se medían ahí los vestidos, y también donde mi mamá trazaba, medía, cortaba, fumaba, pensaba, creaba, escuchaba canciones en la radio y cantaba…
     No puedo enumerar el sinfín de cosas que vivíamos cada día en nuestra casa de El Picacho, y yo me divertía, reía bastante, jugaba y soñaba, tiraba piedras sobre las aguas del río, buscaba lajas, piedritas planitas que cuando las lanzaba, se desplazaban raudas por buen trecho sobre las aguas del río, miraba las garzas y cotúas hundiendo el pico y al momento lo sacaban con un pez atravesado, le iban dando vuelta hasta que lo tragaban completo; y pasaban agua arriba y agua abajo canoas, bongos, fuera de bordas, voladoras y chalanas, y miraba cómo el río iba creciendo y cómo iba disminuyendo su caudal, algunas cosas ya no se ven, pero todavía quedan muchas otras que se tiñen de colores y sentires que son de la tierra y que permanecen en ella, como la espuma, los caribes y las boras en las aguas cobrizas del Apure…