El mundo está ahí
esperando
Rafael me trae libros de diversos autores,
y un día me trajo unas novelas escritas por Naguib Mahfuz, nacido en El Cairo
en 1911, que recibió varios premios literarios antes de ser galardonado con el
Nobel de Literatura en 1988, y Rafael no se dio cuenta de que me había regalado
a este escritor, que terminó de abrir para mi escritura la puerta inmensa de
vigilia y de sueño…
Rafael en
El día después presenta un cuadro de fatalidad, y en Días de humo nos entrega a un hombre dominado por el vicio del
cigarrillo, narración y pintura de una hipérbole realidad…
Mahfuz me regala cada día distintas
posibilidades de escritura, porque leyendo su obra me doy cuenta de que para él
el mundo está ahí esperando, porque lo volvamos palabras pensadas y sentidas…
Hay detalles en cada lugar y tiempo, y hay
circunstancias que le dan vida a las diversas escenas tristes o alegres, un
hijo que se casa, una hija que obtiene un premio, una madre orgullosa de sus
hijos, un padre entregado a la formación de sus hijos, la promesa que se hacen
los enamorados, la lluvia benigna o trágica que alegra o causa daños, los
distintos matices que depara un amanecer o un atardecer, alguna despedida que
encoge los sentimientos, aspectos como estos y miles y tantos más que suceden
en la percepción de miles de millones de personas de este mundo, y si los
escribimos, estamos guardando retazos de alma, que hasta pueden llegar a ser
transformados en películas seguidas por el gusto de un sinnúmero de sensibles
espectadores…