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lunes, 4 de febrero de 2013

Como estás leyendo… Cicatrices


Como estás leyendo… Cicatrices

     Como estás leyendo, te puedo decir que tengo sesenta años, y te invito para que hagas el ejercicio como el que voy a describir… Me estoy viendo la cicatriz que tengo en el dedo meñique de mi mano derecha, ella es el recuerdo de cuando yo pescaba a orillas del río Apure, yo tenía 6 años, y sucedió porque lancé un cuero amarrado con una cabuya a las aguas del río, y cuando halé fuertemente, venían varios caribes pegados del cuero, y cayeron en la cubierta plana de la embarcación, y para que no saltaran de nuevo al agua, metí la mano para atajarlos, pero uno de ellos me mordió en dicho dedo… En el tobillo derecho tengo una cicatriz parecida a una quemadura y otra de una cortadura en el costado izquierdo, ambas cicatrices son la memoria de cuando yo tenía 13 años, sucedió cuando yo iba  de mañanita en la bicicleta para la sastrería donde yo trabajaba, y en una esquina me llevó por delante y me pasó por encima una camioneta, yo quedé debajo de la camioneta, y gritaba muy fuerte… La tercera y cuarta cervical las tengo aplastadas, esto se ve en la radiografía, esa lesión cicatriz es el recuerdo de cuando tenía 39 años, iba con mi hijo Jorge Luis en la bicicleta, y él se había quedado dormido, y metió el pie entre el caucho delantero y la horquilla, salimos disparados, yo caí de frente contra el pavimento, y a él no le pasó nada… En mi mano derecha tengo una cicatriz semejante a una quemadura y el dedo anular rígido, esas lesiones cicatrices son memoria de una caída cuando trotaba, entonces yo tenía 58 años…
     Y como estás leyendo el ejercicio para ti es que te revises y mires cada una de tus cicatrices, y recuerda la circunstancia, el lugar, el momento y la edad que tenías, y verás que por muy triste que haya sido el accidente o contingencia, ahora te va a producir una grata sensación en la memoria… Nuestro cuerpo lleva huellas como esas cicatrices que te dejan constancia de tantas cosas, y hubo también otras cicatrices que se nos han borrado con el pasar de los años, y así es parte de nuestra existencia desde nuestra infancia  hasta el último aliento, cuando nos abandona el alma…Entonces, busquemos momentos alegres, divertidos, pero aun los más tristes nos dejan memorias apacibles en el fluir del tiempo…