Como estás leyendo… Cicatrices
Como estás leyendo, te puedo decir que
tengo sesenta años, y te invito para que hagas el ejercicio como el que voy a
describir… Me estoy viendo la cicatriz que tengo en el dedo meñique de mi mano
derecha, ella es el recuerdo de cuando yo pescaba a orillas del río Apure, yo
tenía 6 años, y sucedió porque lancé un cuero amarrado con una cabuya a las
aguas del río, y cuando halé fuertemente, venían varios caribes pegados del
cuero, y cayeron en la cubierta plana de la embarcación, y para que no saltaran
de nuevo al agua, metí la mano para atajarlos, pero uno de ellos me mordió en
dicho dedo… En el tobillo derecho tengo una cicatriz parecida a una quemadura y
otra de una cortadura en el costado izquierdo, ambas cicatrices son la memoria
de cuando yo tenía 13 años, sucedió cuando yo iba de mañanita en la bicicleta para la sastrería
donde yo trabajaba, y en una esquina me llevó por delante y me pasó por encima
una camioneta, yo quedé debajo de la camioneta, y gritaba muy fuerte… La
tercera y cuarta cervical las tengo aplastadas, esto se ve en la radiografía,
esa lesión cicatriz es el recuerdo de cuando tenía 39 años, iba con mi hijo
Jorge Luis en la bicicleta, y él se había quedado dormido, y metió el pie entre
el caucho delantero y la horquilla, salimos disparados, yo caí de frente contra
el pavimento, y a él no le pasó nada… En mi mano derecha tengo una cicatriz
semejante a una quemadura y el dedo anular rígido, esas lesiones cicatrices son
memoria de una caída cuando trotaba, entonces yo tenía 58 años…
Y como estás leyendo el ejercicio para ti
es que te revises y mires cada una de tus cicatrices, y recuerda la
circunstancia, el lugar, el momento y la edad que tenías, y verás que por muy
triste que haya sido el accidente o contingencia, ahora te va a producir una
grata sensación en la memoria… Nuestro cuerpo lleva huellas como esas
cicatrices que te dejan constancia de tantas cosas, y hubo también otras
cicatrices que se nos han borrado con el pasar de los años, y así es parte de
nuestra existencia desde nuestra infancia
hasta el último aliento, cuando nos abandona el alma…Entonces, busquemos
momentos alegres, divertidos, pero aun los más tristes nos dejan memorias apacibles
en el fluir del tiempo…
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