Mostrando entradas con la etiqueta Florece porque florece. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Florece porque florece. Mostrar todas las entradas

jueves, 23 de enero de 2014

Florece porque florece



                  Florece porque florece                           

                                                
     Si asumiéramos cada día de la vida de forma sencilla, nos daríamos cuenta de que el mejor tesoro es mantener la salud mental y física, si estudiamos, elegiríamos la carrera que nos gusta, y cuando estemos trabajando, lo realizaríamos con alegría, tendríamos ambiciones, pero sanas, que no nos perjudiquen ni perjudiquen a nadie más…
     Si estudiamos lo que nos gusta, se nos va a ir el tiempo sin darnos cuenta, leemos y comprendemos, y eso nos va a dar criterios propios de cada nuevo conocimiento, y nos queda tiempo para pasear, viajar, escuchar música, y también para estar con la persona que nos motiva sentimientos amorosos, y asimismo nos alcanza tiempo para compartir con las demás personas; y si trabajamos, lo hacemos con sentido humano, cumpliendo con eficiencia y con agrado y brindando atenciones y actitudes amables…
     El poder en la política es para servir a los más pobres y necesitados, el poder en el trabajo es para ser útil en todo momento, y el poder del dinero es para invertir en el bienestar de tanta gente que necesita de apoyo financiero…
     Si entendiéramos así las cosas de la vida, estaríamos colaborando para construir un mundo con auténtico sentido humano; seríamos humanistas, que consiste en prodigar amor en todo momento y espacio; el humanista protege la naturaleza, admira cada manifestación de vida, tiende la mano sin esperar favores a cambio, vive palabras y hechos de amor y bondad; los humanistas cantan y lloran, sonríen y hacen llamadas de atención, si alguien se está saliendo del camino humano, porque ser humano es asumir todo acto humano como propio, se es niño con los niños, y se es adulto sincero con los adultos, el ser humano florece en noches de luna o sin luna, y refulge bajo soles que abrasan o cubiertos de frío, neblina o nieve, y de tal forma podemos decir que el ser humano florece porque florece…