Florece porque florece
Si asumiéramos cada día de la vida de
forma sencilla, nos daríamos cuenta de que el mejor tesoro es mantener la salud
mental y física, si estudiamos, elegiríamos la carrera que nos gusta, y cuando
estemos trabajando, lo realizaríamos con alegría, tendríamos ambiciones, pero
sanas, que no nos perjudiquen ni perjudiquen a nadie más…
Si estudiamos lo que nos gusta, se nos va
a ir el tiempo sin darnos cuenta, leemos y comprendemos, y eso nos va a dar
criterios propios de cada nuevo conocimiento, y nos queda tiempo para pasear,
viajar, escuchar música, y también para estar con la persona que nos motiva
sentimientos amorosos, y asimismo nos alcanza tiempo para compartir con las
demás personas; y si trabajamos, lo hacemos con sentido humano, cumpliendo con
eficiencia y con agrado y brindando atenciones y actitudes amables…
El poder en la política es para servir a
los más pobres y necesitados, el poder en el trabajo es para ser útil en todo
momento, y el poder del dinero es para invertir en el bienestar de tanta gente
que necesita de apoyo financiero…
Si entendiéramos así las cosas de la vida,
estaríamos colaborando para construir un mundo con auténtico sentido humano;
seríamos humanistas, que consiste en prodigar amor en todo momento y espacio;
el humanista protege la naturaleza, admira cada manifestación de vida, tiende
la mano sin esperar favores a cambio, vive palabras y hechos de amor y bondad;
los humanistas cantan y lloran, sonríen y hacen llamadas de atención, si
alguien se está saliendo del camino humano, porque ser humano es asumir todo
acto humano como propio, se es niño con los niños, y se es adulto sincero con
los adultos, el ser humano florece en noches de luna o sin luna, y refulge bajo
soles que abrasan o cubiertos de frío, neblina o nieve, y de tal forma podemos
decir que el ser humano florece porque florece…
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