Jesús 14
Los que apresaron a Jesús, lo llevaron
ante el sumo sacerdote José Caifás. El sumo sacerdote le pregunta ¡Te conjuro por el Dios viviente, que nos
digas si eres el Cristo, el Hijo de Dios! Jesús respondió Sí, Tú lo has dicho. Entonces el sumo
sacerdote rasgó su vestido, dijo ¡Ha
blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos de testigos? Han oído su blasfemia. ¿Qué les parece? Ellos respondieron Es culpable de muerte. Al amanecer todos
los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo, en consejo contra Jesús,
acordaron entregarlo a muerte. Después de atarlo, lo llevaron y lo entregaron a
Poncio Pilato, el gobernador. Cuando Jesús estuvo ante el gobernador, este le
preguntó ¿Eres tú el Rey de los judíos?
Jesús le dijo Sí, es como tú dices. En el día de la fiesta, el
gobernador solía soltar a un preso, al que el pueblo quisiera. Tenían entonces a
un preso famoso llamado Barrabás. Cuando se juntó la multitud, Pilato preguntó ¿A quién quieren suelte? ¿A Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? Ellos
respondieron A Barrabás. Pilato les
preguntó Entonces, ¿qué haré de Jesús, llamado Cristo? Respondieron
todos ¡Crucifícalo! Pilato pregunta ¿Qué mal ha hecho? Y ellos responden aun
más ¡Crucifícalo! Pilato mira que el
alboroto aumenta, pide agua y se lava las manos, y dice Soy inocente de la sangre de este justo. Allá ustedes. Y responde todo el gentío Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos… Pilato suelta
a Barrabás, hace azotar a Jesús, y lo entrega para que lo crucifiquen…