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viernes, 1 de diciembre de 2017

Protagonistas anónimos, las gentes más insignes de cada época

Protagonistas anónimos, las gentes más insignes de cada época

       Bernard Mannes Baruch, economista, industrial estadounidense (Camden 1870, New York 1965), hizo una inmensa riqueza y la dedicó en su mayor parte en educación y en obras filantrópicas; escribió y publicó Preventing Inflation (1942), A Philosophy for our Time (1954), y My Own Story (1957).
       En esta Semana Santa me fui a San Cristóbal, Táchira, Venezuela, a pasar esos días con algunos de mis hijos de mi primer matrimonio; como hago últimamente, llego a casa de mi hijo Adelfo Antonio, y siempre él me sorprende con algún buen libro, en esta oportunidad fue con El Libro de los Valores y de los Antivalores…, escrito por  el venezolano Armando José Sequera, comunicador social; y tal libro es ilustrado por el venezolano Oswaldo Rosales, Licenciado en Artes Plásticas, mención Escultura, egresado de la Escuela Armando Reverón; este ejemplar fue publicado por Editorial San Pablo (2005), Caracas, y de él entresaco la lectura con el título La persona más insigne de la época…; en la página 97 podemos leer

       Cuando el político estadounidense Bernard Mannes Baruch cumplió 94 años de edad, en agosto de 1964, uno de los periodistas, que lo entrevistaron, le preguntó quién era, en su opinión, la persona más insigne de la época.
       Baruch sonrió y dijo con su honestidad característica:
       -Es el hombre que cumple su tarea día tras día. Es la madre que se levanta cada mañana para servir el desayuno a sus hijos, asearlos y enviarlos a la escuela. Es el individuo que conserva limpias las calles. Es el soldado desconocido y son, en fin, millones de personas.

       En este día yo levanto mi voz para cantar a la gente trabajadora y que en su inmensa mayoría cumple sus obligaciones en el anonimato; son los hombres y mujeres obreros y obreras en las múltiples labores de nuestra geografía nacional; empleados y empleadas en sinnúmero de oficios en el país; profesionales hombres y mujeres en los distintos espacios rurales y citadinos de la nación; civiles y militares; niños, adolescentes, jóvenes y adultos que asisten de estudiantes a la escuela en sus diferentes niveles y modalidades; y sobre todo canto a todas esas gentes que cumplen cabalmente con sus obligaciones, es con estas gentes, protagonistas anónimos, con que podemos construir un mejor país, en que estemos por encima de cualquier diferencia, donde prevalezcan solo las cosas que nos unen, y en este caso debe unirnos nuestra esencia de llaneridad, de guariqueñidad, de villatodosantinos que venimos de esta llanura amplia y abierta, para proyectarnos amplios y abiertos a marcar Caminos y horizontes de grandeza en amor intelectual y espiritual…

                                                                                               Adelfo Morillo    

domingo, 28 de mayo de 2017

Protagonistas anónimos, las gentes más insignes de cada época




Protagonistas anónimos, las gentes más insignes de cada época

       Bernard Mannes Baruch, economista, industrial estadounidense (Camden 1870, New York 1965), hizo una inmensa riqueza y la dedicó en su mayor parte en educación y en obras filantrópicas; escribió y publicó Preventing Inflation (1942), A Philosophy for our Time (1954), y My Own Story (1957).
       En esta Semana Santa me fui a San Cristóbal, Táchira, Venezuela, a pasar esos días con algunos de mis hijos de mi primer matrimonio; como hago últimamente, llego a casa de mi hijo Adelfo Antonio, y siempre él me sorprende con algún buen libro, en esta oportunidad fue con El Libro de los Valores y de los Antivalores…, escrito por  el venezolano Armando José Sequera, comunicador social; y tal libro es ilustrado por el venezolano Oswaldo Rosales, Licenciado en Artes Plásticas, mención Escultura, egresado de la Escuela Armando Reverón; este ejemplar fue publicado por Editorial San Pablo (2005), Caracas, y de él entresaco la lectura con el título La persona más insigne de la época…; en la página 97 podemos leer

       Cuando el político estadounidense Bernard Mannes Baruch cumplió 94 años de edad, en agosto de 1964, uno de los periodistas, que lo entrevistaron, le preguntó quién era, en su opinión, la persona más insigne de la época.
       Baruch sonrió y dijo con su honestidad característica:
       -Es el hombre que cumple su tarea día tras día. Es la madre que se levanta cada mañana para servir el desayuno a sus hijos, asearlos y enviarlos a la escuela. Es el individuo que conserva limpias las calles. Es el soldado desconocido y son, en fin, millones de personas.

       En este día yo levanto mi voz para cantar a la gente trabajadora y que en su inmensa mayoría cumple sus obligaciones en el anonimato; son los hombres y mujeres obreros y obreras en las múltiples labores de nuestra geografía nacional; empleados y empleadas en sinnúmero de oficios en el país; profesionales hombres y mujeres en los distintos espacios rurales y citadinos de la nación; civiles y militares; niños, adolescentes, jóvenes y adultos que asisten de estudiantes a la escuela en sus diferentes niveles y modalidades; y sobre todo canto a todas esas gentes que cumplen cabalmente con sus obligaciones, es con estas gentes, protagonistas anónimos, con que podemos construir un mejor país, en que estemos por encima de cualquier diferencia, donde prevalezcan solo las cosas que nos unen, y en este caso debe unirnos nuestra esencia de llaneridad, de guariqueñidad, de villatodosantinos que venimos de esta llanura amplia y abierta, para proyectarnos amplios y abiertos a marcar Caminos y horizontes de grandeza en amor intelectual y espiritual…

                                                                                               Adelfo Morillo