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domingo, 9 de marzo de 2014

En El picacho 5



En El picacho                          5
     

Mi papá y mi mamá me dijeron tantísimas cosas, una de ellas que mi mamá Cecilia Filomena me había parido en Calabozo, asistida por la comadrona y cuñada de mi mamá Catalina, que estaba casada con su hermano José Mendoza, y tenía por nombre María Castro de Mendoza, y que yo nací en la carrera cinco, entre calles cuatro y cinco, cerca del río Guarico, y fue día domingo a las once de la mañana, y desde una semana de nacido quedé al cuidado y crianza de ellos…
     Mi papá antes de Semana Santa se iba conmigo en la curiara, él manejaba el canalete y yo la palanca, hasta cuando él orillaba la curiara y la amarraba de alguna rama o estaca, y se metía conmigo monte adentro a buscar la madera resistente y zumbadora para hacerme los trompos, y él también le hacía las zarandas a mi mamá; él me cortaba el pelo y las uñas de las manos, cortándome el pelo me hablaba y me decía palabras cariñosas y me molestaba, cuando me decía que estaba quedando bonito, y cuando me cortaba las uñas, me decía que las manchitas blancas en las uñas, eran regalos que me iban a dar…
     En el taller de trabajo mi papá hacía labores de carpintería y de ribera, hacía canoas, bongos y calafateaba chalanas, y en todos esos trabajos yo en algo lo ayudaba, y como vivíamos a escasos metros de la orilla del río, él también pescaba casi a diario, y sacaba sobre todo cachamas y morocotos, y cuando los peces no ajilaban, le ofrecía velas y rezos a la Virgen del Carmen y a San Rafael…
     En las mañanas después de tomar el guarapo salíamos al centro de San Fernando de Apure a comprar el pregonero, así le decía él al periódico, y regresábamos a casa, se sentaba a leer y si no tenía labor pendiente, agarraba el arpa y tocaba, mi mamá si había alguien con quien bailar, bailaba, porque ese era el mejor gusto de mi mamá, a veces en los bailes donde iba mi papá a tocar, si duraban tres días con sus noches, mi mamá bailaba tanto que se le hinchaban las piernas, y ella decía que para aliviarlas, orinaba y se echaba orines en las piernas…