Seamos bien para que no haya
reproches
¿Cuántas cosas dijimos o no dijimos y
cuántas hicimos o dejamos de hacer?, pero si nos creemos culpables de palabras
o hechos, ya no valen nada los reproches que nos hagamos, vivamos cada presente
y estemos atentos para decir y hacer lo mejor, el pasado no lo cambiamos con
nuestros reproches, ya se fue y dejemos que se mantenga en el olvido, traigamos
al presente de nuestra memoria solo los aciertos y los buenos momentos…
Si hablamos y actuamos bien, no habrá
cabida para el reproche… En esta mañana escribo y recuerdo que soñé varias
cosas diferentes, seguramente tienen algún sentido para mi subconsciente, mas
hoy no quiero pensar en esos sueños entrecortados como si fueran retazos
retazos, prefiero escribir del gallo que cumple con su rutina natural, se pasea
en el patio, se empina, se esponja y canta…
Dos de mis hijos están dormidos, Ilisabel
y Fabio, me alegra porque amaneció cayendo una tenue llovizna, cuando desperté
me di cuenta, me levanté y volví a acurrucarme con mi mujer, al rato me fui a
bañar, leí un momento y después me senté a escribir tal cotidianidad…
Mientras pienso y ordeno las ideas,
escucho al gallo del patio y a los cercanos y a los lejanos, es como si se
contestaran o quizás para hacer sentir que cada uno de ellos es el gallo que
manda y reina en su patio…
Estoy escribiendo y pienso en lo que nos
traerá este nuevo día, anoche estuvo una rana cantando al frente de la casa,
cantaba pero no la pude ver, esta rana como todas es precavida, se camufla y
escondida cantaba y cantaba…
La gente pregunta cómo hago para escribir,
y yo les digo que si hay un motivo, o algo para contar, entonces solo me siento
y escribo, al final vuelvo al inicio y releo y cambio una idea o una palabra,
sustituyo un signo de puntuación por otro, o simplemente lo quito; y algunas
personas, que leen lo que escribo, me dicen que les gusta, otras me dicen que
escribo bien, y yo las escucho, algo digo o les sonrío en silencio, a veces
digo o solo lo pienso que lo que escribo, lo hago con la sana intención de no
herir al lector, para no agobiarme con algún reproche…