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domingo, 13 de abril de 2014

Cosas de sazón



Cosas de sazón
   

 Hace años miré, en el cine Glorias Patrias de Mérida, la película El pájaro azul, basada en la novela con el título Bluebird y en tal filme actuaba Elizabeth Taylor como hada buena, y las escenas desarrollan la alegoría de unos niños pobres que sienten envidia de los niños ricos, y a esos niños pobres les parece triste la vida sencilla que llevan al lado de sus padres, y en el mundo de la magia la buena hada hace que las cosas más cotidianas cobren vida y color ante los ojos de estos niños pobres, el azúcar toma cuerpo de bailarina y danza, la harina también toma formas femeninas y se une a la danza, y así pasa con todos los condimentos , y la lección consiste en que la pobreza no reside en lo material, sino en la pobreza de actitudes frente a la vida que nos toca afrontar, por lo cual si las cambiamos por actitudes optimistas, entonces podemos superar situaciones de pobrezas y penurias por realidades dignas de nuestra condición humana…
     Hoy recordé esta película, porque me estuve en la cocina olfateando, mirando y reflexionando junto a los condimentos, la sal con su albura cristalina que sazona y crepita en el fuego, el azúcar alba de origen árabe assukkar que toma color blanco a pesar de que se extrae de la remolacha, de la caña de azúcar y de otros frutos y vegetales, el orégano de origen latino origanus, que presenta la forma de hojas grandes, sedosas y fragantes y se le dice orégano orejón, y el arbusto de hojas pequeñas y fragantes, que se le dice orégano chiquito, la albahaca de hojas labiadas de origen árabe alhabaqa y que le da el toque mágico a la salsa para las pastas, y cuando me detuve en este punto, me vino a la mente Como agua para chocolate, novela en que la autora Laura Esquivel comienza cada capítulo con una receta de cocina…
     Yo en la cocina solo preparo las comidas más sencillas y apropiadas para resolver mis momentos de haberme quedado solo en casa, y no pasa de carne guisada, pollo guisado, pescado frito, alguna pasta, arroz blanco y alguna que otra minucia, pero cumple con el requisito mínimo de que se puede comer, porque cuando lo he cocinado ha sido para mi mujer, mis hijos y yo, y muy contadas veces he cocinado solo para mí, y en tales casos resuelvo muy rápido y muy fácil, cocino espagueti, le agrego queso parmesano o pecorino, acompaño con pan francés o campesino y un refresco, que previamente he comprado en la panadería junto con el queso y el pan, como, me doy unos masajes en la barriga, me voy al cuarto, me recuesto a mirar televisión, y sin querer queriendo me quedo dormido…