Andanza por nuestro idioma 144
Esta casa es grande,
tiene cuatro esquinas
y
en el medio tiene
rosas,
clavellinas…
Cuando era un muchacho de primaria, en el mes de diciembre llegaban a
las puertas de las casas grupos de aguinalderos, se acompañaban de guitarra,
cuatro, charrasca o güiro y furruco, y los solistas y coristas cantaban
elogiando a los dueños de la casa y también a la casa, y cuando terminaban de
cantar los aguinaldos, se les ofrecía carato y se les echaba en la guitarra o
en el cuatro algo de dinero, a mí me gustaba escucharlos y me iba con ellos por
varias casas, y recuerdo que lo que más me gustaba era cómo sonaba el furruco…
De furro formamos furruco y quizás esta palabra tenga su
origen de alguna de nuestras lenguas aborígenes de Venezuela, y el furruco es
un instrumento musical de percusión, compuesto de tambor de cuero sobre el cual
se frota una varilla, y produce un sonido que a mí del gusto, me hacía estremecer
de emoción y alegría, al extremo de que me erizaba los vellos…
Los aguinalderos cantaban
Deme mi aguinaldo
aunque sea poquito,
unas cincuenta hayacas
y un cochino frito…
Fuego al cañón,
fuego al cañon,
para que respeten
nuestro parrandón…