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martes, 19 de junio de 2018

Dios, creación, tiempo 3



Dios, creación, tiempo                  3

       En 1514, el cura polaco, Nicolás Copérnico (al principio, quizás por miedo a ser tildado de hereje por la iglesia, Copérnico hizo circular su modelo de forma anónima) propone el modelo de que el Sol estaba estacionario en el centro y que la Tierra y los planetas se movían en órbitas circulares a su alrededor. Dos astrónomos, el alemán Johannes Kepler y el italiano Galileo Galilei empezaron a apoyar públicamente la teoría copernicana. En 1609, Galileo comenzó a observar el cielo nocturno con un telescopio, que acababa de inventar. Cuando miró al planeta Júpiter, Galileo encontró que este estaba acompañado por varios pequeños satélites o lunas que giraban a su alrededor. Al  mismo tiempo, Johannes Kepler había modificado la teoría de Copérnico, sugiriendo que los planetas no se movían en círculos, sino en elipses. En 1687, Isaac Newton publica su Philosophiae Naturalis Principia Mathematica (Principios naturales de filosofía matemática), probablemente la obra más importante publicada en las ciencias físicas en todos los tiempos. En ella Newton no solo presentó una teoría de cómo se mueven los cuerpos en el espacio y en el tiempo. Además Newton postuló una ley de la gravitación universal, de acuerdo con la cual cada cuerpo en el universo era atraído por cualquier otro cuerpo con una fuerza que era tanto mayor cuanto más masivo fuera el cuerpo y cuanto más cerca estuviera el uno del otro. Era esta misma teoría la que anunciaba que los objetos cayeran al suelo. (La historia de que Newton fue inspirado por una manzana que cayó sobre su cabeza es casi seguro apócrifa. Todo lo que Newton  mismo llegó a decir fue que la idea de la gravedad le vino cuando estaba sentado en disposición contemplativa, de la que únicamente lo distrajo la caída de una manzana.)
      
       Op. cit. ps. 20, 21.
                                                                                     Adelfo Morillo