Santero: José Bolívar
Hace más de
medio siglo que lo veo por los sitios de Calabozo, es jugador de bolas
criollas, ajiley, truco, caída, siete y medio, malabarista, y cuentacuentos de
tantas historias de vida; en un circunstancial romance con una mujer estuvo en
varios lugares de algunos países… Es folclorista ejecutante de las maracas,
entusiasta enamorado de la música llanera, y hasta recibió el reconocimiento
como “Maraquero de Oro de Venezuela… Es un hombre cultor de sentir y hablar
sencillo, casi toda la gente lo apoda “el brujo”, pero cuando se le trata personalmente,
y alguien le dice “brujo”, él aclara:
-Brujo, no,
santero…
Ni él sabe
a cuántas parrandas ha asistido, ni en cuántas ha actuado acompañando con el
ritmo de las maracas a cantantes de arpa y cuatro… Si se trata de improvisar,
él también redondea algunos versos… En algún momento le escuché contar acerca
de una apuesta, tal lance sucedió en la costa del río Matiyure, en Achaguas,
resulta que hasta ahí llegaron con un contrapunteador, ponderado como el mejor
entre los mejores, fueron con una considerable suma de dinero para apostarla en
contra de José Gregorio Romero, apodado por José Bolívar, el Santero, como
“Mandinga de la copla” (ahora fallecido); el contrincante fue un coplero de
Quintero, lugar de Apure arriba, y la apuesta consistió en una sola copla por
cada cantador, así se acordó el desafío, y cerraron el trato con dinero en
mano… Comenzó el coplero de Quintero con esta estrofa letal:
- A usted
que le dicen el “Mandinga de la copla”, le voy a hacer una pregunta… “A usted que es buen cantador:
¿cuántas leguas
anda el viento
y cuántas alumbra
el sol..?”
A la que
responde el “Mandinga de la copla”:
“De la pregunta
del viento,
del sol y su
resplandor,
el único que sabe
la respuesta,
es el padre Dios,
nuestro Señor…”
Y cuenta
José Bolívar, el santero, que el coplero de Quintero se persignó, le dio la
mano al “Mandinga de la copla”, y reconoció su derrota… José Bolívar dice que
él lo apodó el “Mandinga de la copla”, porque parecía que este no fuera gente,
era como si sacara las coplas como el mago saca lo impensable del sombrero,
como si sacara las coplas debajo de la tierra… Así es el folclore aquí, allá y
en todas partes se alimenta de dones y talentos puros, espontáneos o
cimarrones…