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lunes, 6 de octubre de 2014

Andanza por nuestro idioma 171



Andanza por nuestro idioma     171

Fiesta

     Fiesta, del latín festa; con la idea de alegría es la fiesta que nos produce alguna satisfacción por más pequeña y sencilla que sea; así hacemos fiesta por la salud que Dios nos da, que después de la vida es el mejor tesoro intangible; hacemos fiesta, cuando terminamos un año escolar y nos preparamos para iniciar el año inmediato superior; también hacemos fiesta porque nuestros compañeros avanzan con nosotros; nos alegra abrir los ojos cada mañana, y poder comprender cuántos nos aman y a cuántos sabemos amar…
     Quizás la mejor fiesta proviene de los sanos esfuerzos para lograr cada cosa en la vida, en la convivencia diaria de vecindad, en la escuela o en el trabajo; muy diferente al refrán ¡Lo que nada nos cuesta, lo hacemos fiesta..!
     En primaria celebrábamos el Día de la Alimentación, y eso para nosotros los estudiantes era toda una fiesta; vestíamos la mejor ropa, mirábamos a la muchacha que nos gustaba; pero en los primeros grados yo no sabía bailar, cada vez que comenzaba el picoteo de la música, me quedaba mirando, y en cuarto grado la sensación era bailar twist, aún me parece escuchar ¡Despeinada, despeinada, ajá, ajá…, tú tienes una boquita deliciosa, y tienes linda gracia al caminar…!, o ¡Telaraña, la vida tuya, telaraña la vida mía, telaraña, me dicen todos y tú te ríes de verdad…!, y yo todavía no sabía bailar, mucho menos twist..!; pero qué fiesta para mí, cuando aprendí a bailar, ya estaba en el liceo, y para esos años finales de los sesenta, ¡cómo se escuchaba y bailaba las canciones de los Ángeles Negros..!
     Me fui a estudiar a Mérida, en la Universidad de Los Andes, y mientras tenga aliento celebraré la fiesta de haber conseguido allá amigos, y sobre todo a mi amiga María Carmen, y juntos escuchamos tanta música; y un día llegué al amor de pareja con Ilva, nos casamos y tuvimos a nuestro primer hijo, Adrián, y bajo la cuna colocábamos el grabador con suaves y lindas canciones, y recuerdo de una de ellas, escrita por Agustín Lara, dos versos que siempre me llenan de regocijo y alegría, porque sé que en algún momento … 
                                                                   hay campanas de fiesta
                                                                  que cantan en el corazón