Gisela
Cuando te fuiste,
quizás ni te diste cuenta,
quizás se dio cuenta la garza sobre la palma,
o el arrozal cuando lo peinas con brisa de mano
amiga.
Recuerdo tu figura de celaje,
andabas siempre en formas cosméticas,
entre barriales y lluvias,
nunca dejabas la compostura.
El oro de tus cabelos lo canta el turpial,
el carmín de tus mejillas palpita en las rosas
y tus más íntimos secretos
los guarda en silencio, silente Rubén.
Te fuiste,
no sé cuánta gente se ha dado cuenta,
sin embargo sigues en aguas del cauce
y en húmedas sonrisas de mariposas.
Adelfo Morillo