El
General Rafael Urdaneta
El 20
julio de
1810
RafaelUrdaneta
se incorpora
al movimiento revolucionario que estalla
en Santa
Fe de Bogotá,
tres días más tarde,
el
23 de julio de ese
mismo año,
pasa
a las filas del batallón de Voluntarios de la Guardia Nacional
creado por la Junta
Suprema de Santa Fe de
Bogotá.
El 1°
de noviembre de 1810
se
crea
el primer batallón de la Nueva
Granada,
en que Urdaneta se incorporó con el grado de teniente. Participa
en varias
acciones bélicas lideradas por Simón Bolívar, en
que logra
destacarse
bajo las órdenes del Coronel
José Félix Ribas; el 2 de julio de 1813 en la batalla de Niquitao;
su
actuación fue decisiva
en el triunfo de la batalla de Taguanes contra las fuerzas realistas
del Coronel Julián Izquierdo. Asimismo
es
protagonista en
la
batalla
de Bárbula
en 1813,
acciones militares estas
dentro del marco de la Campaña Admirable programada por Bolívar
para ese año de 1813; está presente en la
retirada
hacia
oriente
en 1814, y
en
el
asedio
de Santa Fe de Bogotá
en ese
mismo
1814. En el informe al Congreso de la Unión en Tunja, Bolívar
describió a Urdaneta como digno
de recomendación y acreedor de todas las consideraciones del
gobierno por el valor e inteligencia con que se distinguió en la
acción. En
Tunja, el presidente de la Unión, Camilo Torres Tenorio, le da
apoyo a Urdaneta y a
sus
tropas para continuar la lucha en Venezuela, pero el Congreso de las
Provincias Unidas primero le encomienda
a Bolívar someter a Manuel de Bernardo Álvarez, que
gobernaba la provincia de Cundinamarca, la cual no formaba parte de
la federación. Urdaneta sirve
con Bolívar, que
toma
a Santa Fe
el 12 de diciembre de 1814, con este triunfo se
consolida
la unión
granadina. Por su actuación en Nueva Granada, Urdaneta fue ascendido
a general de división el 5 de enero de 1815,
cuando apenas contaba con 26 años de edad; en
octubre de 1815, el brigadier realista Sebastián de la Calzada al
mando de 1.600 infantes de la quinta división marchaba desde
Guasdualito, Venezuela, hacia la Nueva Granada con el encargo de
asediar a Santa Fe
de Bogotá, en apoyo a la operación que ejecutaba el jefe de las
fuerzas expedicionarias Pablo Morillo contra Cartagena de Indias.
Urdaneta y Joaquín París Ricaurte tratan
de impedir la ofensiva realista por los llanos de Casanare y por
la
cordillera de los Andes. Urdaneta al mando de unos 1.000 infantes
sufre
un grave revés en la batalla de Bálaga el 25 de noviembre de 1815.
El encuentro ocurre
en el río Chitagá, cuyo paso Urdaneta inmediatamente trata
de impedir, pero debido al bajo nivel del río, tal acción es
imposible y entran
en combate. La batalla comienza
a las cinco de la mañana y termina
a las cuatro y media de la tarde con una derrota avasallante para
Urdaneta, que apenas puede
escapar con unos 200 hombres a Cácota de Velasco.
Por
la pérdida de esta batalla, Urdaneta es
relevado por Custodio
García Rovira
y es
llevado
a Consejo
de Guerra
para justificar su actuación frente al Congreso de la Nueva
Granada,
pero es
absuelto a principios de 1816. El general Pablo Morillo aplica
el régimen
del terror
que lo
comienza
en Cartagena
de Indias,
cuando
ejecuta
a los líderes patriotas a quienes pudo echar mano; Sebastián de la
Calzada entra
con Morillo en Santa Fe
de Bogotá el 6
de mayo
de 1816; asimismo
Urdaneta
participa
en
la
toma
de Maracaibo
en 1821 y en
la
marcha hacia San
Carlos de Austria,
previa a la batalla
de Carabobo,
el
24 de junio de 1821,
y
en
la cual no pudo participar por órdenes de Bolívar, dado el grado de
agotamiento de sus tropas; sin
embargo, por los servicios prestados, Bolívar solicita
su ascenso a General en Jefe. Posteriormente quiso acompañar al
ejército libertador en las Campañas
del Sur,
pero Bolívar
consideraba que su presencia era más importante en Colombia, y por
lo tanto permanece
ahí; en
1824 fue nombrado Intendente del Zulia.
Fue uno de los jefes más
leales a Bolívar. En 1828, desde la Secretaría de Guerra le toca
juzgar a los
responsables de la llamada Conspiración
septembina, que
atentaron contra Bolívar, para ese momento presidente de Colombia;
convencido
de la culpabilidad de Francisco
de Paula Santander, a
pesar de que la evidencia era poco concluyente, lo condena
a muerte en juicio sumario. Bolívar
cree
que esto significaría el fin de la unidad entre neogranadinos y
venezolanos, y por lo tanto le otorga el destierro de por vida.
En 1830,
en el Congreso Admirable
Urdaneta trata
de salvar la obra bolivariana y la unidad de Colombia,
se encarga
de la presidencia de
Colombia tras
derrocar a Joaquín
Mosquera, se
convierte
en dictador. Famosa es la frase que, en una carta íntima, le
transmitió Bolívar desde Barranquilla
en 1830, poco antes de la
muerte del Libertador El
no habernos compuesto con Santander nos ha perdido a todos.
Muerto Bolívar, Urdaneta propuso se convocase al pueblo para decidir
sobre el Gobierno. En 1831 se celebró en Apulo
una entrevista, en
el
Convenio de Juntas de Apulo con el vicepresidente Domingo
Caycedo firmaron un
acuerdo, bajo el cual Urdaneta cedería el mando. Allí mismo
Urdaneta solicita
pasaporte; escapa
milagrosamente
al asesinato que contra
él se había urdido y
se traslada
a Santa Marta.
En abril de 1831, el
General
Juan Nepomuceno Moreno
se pone
en marcha desde Pore,
acompañado por trescientos soldados de caballería y cuatrocientos
de infantería, para forzar la salida del país del General Urdaneta;
con
esta acción y respetando los acuerdos de Apulo, se garantizó el
regreso del General Santander, el cual se encontraba exilado en
Europa.
Al
salir desterrado de Colombia en 1831, el General Páez le cierra las
puertas a Urdaneta en Venezuela, ya que había sido uno de los más
fieles seguidores de Simón Bolívar, y por lo tanto adversario de la
ideología de Páez. En 1832, después de haber perdido su fortuna en
el exilio, se le permite vivir en la Provincia de Coro. Allí tiene
la satisfacción de que se le eligiese representante al Congreso; fue
Ministro en el Gabinete del presidente Carlos Soublette. Cumple
comisión en Angostura a la muerte de Tomás de Heres. Su última
actuación como político la realiza en 1845, cuando es nombrado
ministro plenipotenciario y enviado extraordinario de Venezuela ante
el gobierno de España para entregar las ratificaciones del Tratado
de Reconocimiento, de Paz y Amistad, celebrado en Madrid el 30 de
marzo de ese año y aprobado por las cámaras del Congreso de
Venezuela. Durante el viaje enferma, se somete a un examen médico
durante una escala en Londres; los médicos recomiendan una
intervención quirúrgica que Urdaneta aplaza para terminar su
misión, pero a su llegada a París agrava y después de varios días
en cama fallece el 23 de agosto de 1845.
La integridad moral de
Urdaneta llega al punto de que antes de morir, a pesar de que como él
mismo decía, dejaba como testamento una viuda y once hijos en la
mayor miseria, solicita a uno de sus hijos que le acompañaba, que
devolviera al Tesoro Público los viáticos que no habría de
utilizar, si fallecía antes de concluir el viaje.
El que con el paso de los años
iba a llegar a ser el General Rafael Urdaneta nace en Maracaibo el 24
de octubre de 1788; y este camino de victorias y reveses lo va a ir
bordando con palabras y acciones ejemplares, como aquellas palabras
antes del inicio de la Campaña Admirable, en 1813, cuando se
encuentra por vez primera con Simón Bolívar y entonces le dice
General, si con dos hombres basta para emancipar a nuestra patria,
estoy dispuesto a acompañarle… Como un llamado a que seamos
lectores cotidianos de libre pensamiento, es propicio traer del tomo
II, Valores humanos, escrito por Arturo Uslar Pietri, impreso en
Madrid, España, 1968, por Editorial Mediterráneo, en su página 21,
leemos El gobierno que sucede a Bolívar se encuentra en inmensas
dificultades, que llegan a ser de tal monta que se llama a Urdaneta
para que se encargue temporalmente del poder ejecutivo. Urdaneta se
encarga y su primer cuidado es tratar de convencer a Bolívar para
que regrese nuevamente y para que no haya ninguna interrupción en
aquella obra que él consideraba fundamental.
Era una situación
particularmente difícil. Rodeado de suspicacias y de enemistades, en
una hora en que se disolvía aquel estado, en que las pasiones
cobraban un ardor extraordinario, este hombre mantiene no solamente
su actitud recta e inquebrantable de toda la vida, sino que lleva al
extremo su lealtad a Bolívar, y es solo cuando recibe la terrible
noticia de que Bolívar ha muerto, cuando deja de luchar y de
mantener con tenacidad su posición, y ya entonces solo le importa
evitar el derramamiento de sangre y logra en la medida de lo posible
un apaciguamiento de las facciones. Como jefe del Ejecutivo de
Colombia trata de evitar la separación de Venezuela sin lograrlo,
hasta el mes de abril de 1831, en que entrega el poder y se retira
definitivamente de la escena en que tan grandes servicios prestó...
Adelfo
Morillo