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martes, 14 de mayo de 2013

Mo Yan, “no hables”


Mo Yan, “no hables”

     Guan Moye nació en 1955 en Gaomi, provincia de Shandong, China; ha escrito las novelas Densa lluvia en la noche primaveral, Sorgo rojo, Las baladas del ajo, La república del vino, Grandes pechos, amplias caderas, La vida y la muerte me están desgastando o Rana; y el 11 de octubre de 2012 la Academia Sueca le concede el Nobel de Literatura; pero sus obras las publica Guan Moye con el pseudónimo Mo Yan, que significa “no hables”, y en esta oportunidad voy a referirme al título de su novela Cambios, donde Mo Yan nos narra y describe diversas situaciones políticas, económicas, sociales y personales y nos pone de manifiesto las distintas maneras de ir percibiendo cambios en los aspectos señalados; pero quiero tomar la idea del título Cambios para señalar, por ejemplo, que a veces algunos estudiantes me dicen:
     -“Profesor, no cambie…”
     Y yo les hago la aclaratoria de que al contrario deben decirme que cambie… Yo intento desempeñarme bien en mi profesión de docente, y a cada momento busco cambiar para hacer mejor las cosas en esta labor que es bien exigente… Y es porque en el mundo cada cosa y cada ser permanente y continuamente estamos cambiando… Los recién nacidos van cambiando segundo tras segundo, cada ser vivo se renueva o envejece, el tiempo cambia, pasa y no se detiene, el espacio se está modificando o lo cambiamos, pasamos de seres vivos a cosas inertes, cadáveres, dormimos y despertamos, enfermamos, mejoramos o morimos, olvidamos y recordamos, cuántos cambios de día o de noche, nuestras perspectivas tienen matices diferentes, según estemos a la luz del día o bajo las penumbras de las noches sin luna o con luna… Y cuando comprendemos la esencia del amor, entonces empezamos a cambiar con mas determinación, porque en nuestro planeta lo que más nos hace falta son manifestaciones y dones de amor, sabemos que elegimos el camino del bien, pero siempre podemos darnos y dar mucho más… Dios nos dé inteligencia, amor y comprensión para seguir cambiando equivocaciones por aciertos, para que no andemos juzgando a los demás, sino comprendiéndolos en sus maneras de ser diferentes en sus individualidades; y así como nos cambiamos de vestimenta, para llegar a la verdad todos necesitamos cambiar sin miedos, y nos daremos cuenta de que el amor nos regala alegría y paz en cada lugar y momento…