Mo Yan, “no hables”
Guan Moye nació en 1955 en Gaomi,
provincia de Shandong, China; ha escrito las novelas Densa lluvia en la noche primaveral, Sorgo rojo, Las baladas del
ajo, La república del vino, Grandes pechos, amplias caderas, La vida y la muerte me están desgastando
o Rana; y el 11 de octubre de 2012 la Academia Sueca le concede el
Nobel de Literatura; pero sus obras las publica Guan Moye con el pseudónimo Mo
Yan, que significa “no hables”, y en
esta oportunidad voy a referirme al título de su novela Cambios, donde Mo Yan nos narra y describe diversas situaciones
políticas, económicas, sociales y personales y nos pone de manifiesto las
distintas maneras de ir percibiendo cambios en los aspectos señalados; pero
quiero tomar la idea del título Cambios
para señalar, por ejemplo, que a veces algunos estudiantes me dicen:
-“Profesor, no cambie…”
Y yo les hago la aclaratoria de que al
contrario deben decirme que cambie… Yo intento desempeñarme bien en mi
profesión de docente, y a cada momento busco cambiar para hacer mejor las cosas
en esta labor que es bien exigente… Y es porque en el mundo cada cosa y cada
ser permanente y continuamente estamos cambiando… Los recién nacidos van
cambiando segundo tras segundo, cada ser vivo se renueva o envejece, el tiempo
cambia, pasa y no se detiene, el espacio se está modificando o lo cambiamos,
pasamos de seres vivos a cosas inertes, cadáveres, dormimos y despertamos,
enfermamos, mejoramos o morimos, olvidamos y recordamos, cuántos cambios de día
o de noche, nuestras perspectivas tienen matices diferentes, según estemos a la
luz del día o bajo las penumbras de las noches sin luna o con luna… Y cuando
comprendemos la esencia del amor, entonces empezamos a cambiar con mas
determinación, porque en nuestro planeta lo que más nos hace falta son
manifestaciones y dones de amor, sabemos que elegimos el camino del bien, pero
siempre podemos darnos y dar mucho más… Dios nos dé inteligencia, amor y
comprensión para seguir cambiando equivocaciones por aciertos, para que no
andemos juzgando a los demás, sino comprendiéndolos en sus maneras de ser
diferentes en sus individualidades; y así como nos cambiamos de vestimenta,
para llegar a la verdad todos necesitamos cambiar sin miedos, y nos daremos
cuenta de que el amor nos regala alegría y paz en cada lugar y momento…
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