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miércoles, 6 de abril de 2016

Canto en silencio


Canto en silencio

No andemos dormidos ni muertos,
desde el amanecer andemos entre estrellas,
sepamos cuándo hablar,
y cuándo mantenernos en silencio…

Desde el alba cada quien despierta en sus sentidos,
alcémonos con voluntad de alegría,
cuando haya de celebrar, celebremos,
cuando haya pesar, sigamos en silencio…

Levantémonos y sigamos de pie junto a este mundo,
sí, la vida es efímera,
mas, mientras dura, aprovechemos cada instante de gozo,
y comprendamos los momentos de dolor;
el mundo es eterno,
solo nosotros somos pasajeros…

Esta mañana un pollo del vecino voló al patio,
se subió al araguaney,
llegaron los dueños,
le eché agua hasta mojarle las plumas,
se bajó al suelo,
el hombre lo pudo agarrar,
dieron las gracias, y se fueron contentos…

Era un poco más de las seis de la mañana,
la vida es breve,
mas sigamos nuestro viaje,
antes de que nos llegue la partida sin retorno…

Cada mañana, agradezco a Dios,
por el aire que respiro,
por cada planta esencia de vida,
por el agua en forma de rocío o en lluvias copiosas,
por los ojos de aljibe,
y por cada manifestación de ternura en este mundo eterno;
y, mientras, pienso, siento y escribo en silencio…

Cuando somos jóvenes, andamos desafiando el mundo,
y sin darnos cuenta, el tiempo pasa,
y ya no tenemos años de juventud,
se nos ha ido la mejor primavera,
mas hay una primavera que no se mustia con los años,
esa anda en espíritus tras esencias de amor…

El tiempo cómo avanza,
aquí en este rincón de calle ciega,
apenas un pedazo de tierra de esta Misión de los Ángeles,
apenas un suspiro de esta Villa de Todos los Santos,
y nada en el vasto Universo;
y el tiempo avanza en cada sitio de las galaxias,
y avanza y pasa y rutila y rutila en silencio…

Escribo, y esto es parte de mi dicha,
leo, y eso me brinda más dicha,
son tantas cosas que me enriquecen,
cuando siento olor a primeras lluvias,
cuando miro alguna de tantas cosas bellas,
como mirar el azul imbebible del mar,
como mirar el verde parejito de la llanura abierta,
o como ahora, cuando me llega el canto de un pájaro en la distancia,
quizás sea canario o azulejo,
sé que no es turpial ni cucarachero,
tampoco arrendajo ni cristofué ni chuchube,
mientras, me mantengo atento a otros pájaros que cantan en el patio,
y también escucho a la gallina seguida de sus cuatro crías,
andan todo el solar, y la gallina cómo croa, y pían y escarban,
y solo yo sé que canto en silencio…


Adelfo Morillo