Pedro 3
Ustedes, esposas, su adorno no sea
exterior con peinados ostentosos, sin atavíos de oro ni vestidos lujosos, sino
adorno interno, del corazón, en incorruptible belleza de un espíritu manso y
tranquilo, que es valor ante Dios, y ustedes, maridos, sean considerados con sus
esposas, trátenlas con respeto, como a la compañera frágil, coheredera de la
gracia de la vida, para que sus oraciones no sean impedidas…