La vida anda con
nosotros
Sería muy bueno, si dejáramos de decir y
de hacer tantas cosas infames dándole el nombre de amor, porque el amor es
bondad y todo lo que sea contrario al bien, debemos tenerlo claro que no es
amor…La vida en general muestra tragedias y alegrías, momentos nefastos o
felices, y nosotros que ocupamos un breve lapso en el tiempo infinito, si
comprenderíamos, no nos quejáramos por cosas tan insignificantes, y viviríamos
en un eterno agradecimiento por el rato de vida que pasamos en este mundo, por
la buena salud que nos acompaña, y por cada aliento y por cada logro material o
espiritual… Nos va mal y decimos que la vida es mala, la vida nos sonríe y
decimos que somos sortarios, afortunados, incluso cuando nos va mal, decimos
que es culpa de Dios, que no nos quiere, y cuando todo nos sale bien, no nos
acordamos de Dios, qué pobreza la nuestra, entonces sería muy bueno, si
dejáramos de decir y de hacer cosas infames dándole el nombre de amor, porque la envidia es contraria al amor, el egoísmo también lo es, y, ¡ay!, la
mentira cuán diferente y contraria es al amor...
Una mujer vende o paga por un momento de sexo y dice que comercia
con el amor, ¡qué infamia!.. Y el hombre paga o cobra por instantes de sexo y
dice ufano que negocia con el amor, también pronuncia la misma infamia… Y es
esta una de las más grandes confusiones que hay en hombres y mujeres de este mundo actual, el querer igualar el
amor con cualquiera otra cosa tan contraria al amor…
Sí, la vida da cada día situaciones
tristes, nefastas y alegres o felices, pero no tienen nada que ver con la buena
o mala suerte que pregonamos según la ocasión... La vida anda con nosotros y
Dios nos lleve a comprenderla para disfrutarla con sus altibajos en distintos
momentos...