Andanza por nuestro
idioma 48
Anoche soñé una utopía, del griego outopos, lugar que no existe, y sucedía
que me encontraba en medio de un paisaje natural muy boscoso, donde escuchaba
el zumbido de una fuerte brisa, el chillido de alguna águila , el canto de una
alondra, el rebuzno o resoplido del burro, el berrido de un becerro, o el
mugido o bramar de un buey; también podía escuchar el bramido del búfalo, el
ulular de un búho o lechuza, y hasta sentía el relincho de un caballo, el
balido de una cabra, el trino o gorjeo de algún canario, y como el gruñido de
un cerdo, cochino, marrano, chino o puerco; y todavía en este onírico escenario
agreste pude escuchar el chillido de las cigarras o chicharras, el lamento de
los cocodrilos, caimanes o babas, el canto de la codorniz, el chillido de algún
conejo, el hablar memorizado de cotorras o loros, y me ocurrió escuchar los
graznidos o grajeos de algún cuervo; seguía en esa espesura, donde me llegaba a
los oídos los ladridos de un chacal; en el sueño quería despertar, no era una
pesadilla, pero me sentía aturdido y confundido, porque me alegraba el
presenciar tantas cosas juntas y a la vez sentía que estaba en un lugar
inexistente, donde todavía a todo eso se sumaba los silbidos de algún chorlito,
el cacareo de gallinas y el canto de gallos, y sobre las aguas de una laguna
había gansos con sus graznidos, y más allá un gato montés maullaba y ronroneaba,
y en un árbol muy alto estaba posado un gavilán con sus chillidos; todo eso y
más podía mirar en medio de tal bosque, y aun me sorprendía con bandadas de
golondrinas que volaban con sus gorjeos, y hasta gorriones piando, y de muy
lejos me llegaba la idea de alguna hiena con sus aullidos, y diversos insectos
iban como abejas y moscas con su zumba que zumba, algún jabalí gruñía, y un
león muy lejos con sus rugidos, asimismo escuchaba lobos con sus aullidos, y me
disipaba el estupor encontrarme en este mismo sueño unos mirlos con sus
silbidos, y ya cuando despertaba, me perseguían unos monos portando palos, gesticulaban,
mostraban los dientes y chillaban…