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miércoles, 21 de mayo de 2014

Andanza por nuestro idioma 48



Andanza por nuestro idioma           48

     Anoche soñé una utopía, del griego outopos, lugar que no existe, y sucedía que me encontraba en medio de un paisaje natural muy boscoso, donde escuchaba el zumbido de una fuerte brisa, el chillido de alguna águila , el canto de una alondra, el rebuzno o resoplido del burro, el berrido de un becerro, o el mugido o bramar de un buey; también podía escuchar el bramido del búfalo, el ulular de un búho o lechuza, y hasta sentía el relincho de un caballo, el balido de una cabra, el trino o gorjeo de algún canario, y como el gruñido de un cerdo, cochino, marrano, chino o puerco; y todavía en este onírico escenario agreste pude escuchar el chillido de las cigarras o chicharras, el lamento de los cocodrilos, caimanes o babas, el canto de la codorniz, el chillido de algún conejo, el hablar memorizado de cotorras o loros, y me ocurrió escuchar los graznidos o grajeos de algún cuervo; seguía en esa espesura, donde me llegaba a los oídos los ladridos de un chacal; en el sueño quería despertar, no era una pesadilla, pero me sentía aturdido y confundido, porque me alegraba el presenciar tantas cosas juntas y a la vez sentía que estaba en un lugar inexistente, donde todavía a todo eso se sumaba los silbidos de algún chorlito, el cacareo de gallinas y el canto de gallos, y sobre las aguas de una laguna había gansos con sus graznidos, y más allá un gato montés maullaba y ronroneaba, y en un árbol muy alto estaba posado un gavilán con sus chillidos; todo eso y más podía mirar en medio de tal bosque, y aun me sorprendía con bandadas de golondrinas que volaban con sus gorjeos, y hasta gorriones piando, y de muy lejos me llegaba la idea de alguna hiena con sus aullidos, y diversos insectos iban como abejas y moscas con su zumba que zumba, algún jabalí gruñía, y un león muy lejos con sus rugidos, asimismo escuchaba lobos con sus aullidos, y me disipaba el estupor encontrarme en este mismo sueño unos mirlos con sus silbidos, y ya cuando despertaba, me perseguían unos monos portando palos, gesticulaban, mostraban los dientes y chillaban…