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miércoles, 16 de septiembre de 2015

Tras de una vida sencilla 14


Tras de una vida sencilla                        14

       Me gusta cultivar la alegría, para olvidar las tristezas, y con fe alimento mi espíritu; en el mundo del conocimiento, alabemos a maestros y maestras que explican las cosas, supuestamente muy difíciles, de la forma más sencilla posible.
       Tengamos claro que una cosa es el conocimiento teórico de las tantas disciplinas, y otra es el conocimiento de las cosas del espíritu; aquella obedece a los espejismos del dinero, y el cultivo del mundo interno del espíritu debe obedecer al amor y a la verdad.
       El amor y la verdad nos produce paz y alegría, y estos frutos saben a delicia y a tranquilidad y nos ensanchan el alma, y nos hacen andar por la vida con corazón de niños.
       Hoy y cada día podemos dejar vicios, mentiras y tantas cosas más que nos hacen mal y con que hacemos mal a los demás, y podemos empezar a hilvanar caminos amables, y sin duda habrá gente que no nos entenderá, nos criticará y hasta nos echarán a la cara la condición de la que estamos renunciando; pero por eso no debemos desconcertarnos, por el contrario que eso sea un aliciente para acrecentarnos en fortaleza de claridad y sencillez; y acudimos a nuestra roca de espíritu, aguzamos los sentidos, meditamos, observamos, nos elevamos en silencio, fortalecemos nuestros pensamientos con buena voluntad, y nos daremos cuenta tantas veces que sin palabras podemos dar las mejores respuestas, porque si estamos en el  camino de amor, solo así podemos vencer todas las guerras de la mayoría de las personas que hace de este mundo solo odios y mentiras.

Adelfo Morillo