Tras de una
vida sencilla 14
Me gusta cultivar la
alegría, para olvidar las tristezas, y con fe alimento mi espíritu; en el mundo
del conocimiento, alabemos a maestros y maestras que explican las cosas,
supuestamente muy difíciles, de la forma más sencilla posible.
Tengamos claro que una cosa
es el conocimiento teórico de las tantas disciplinas, y otra es el conocimiento
de las cosas del espíritu; aquella obedece a los espejismos del dinero, y el
cultivo del mundo interno del espíritu debe obedecer al amor y a la verdad.
El amor y la verdad nos
produce paz y alegría, y estos frutos saben a delicia y a tranquilidad y nos
ensanchan el alma, y nos hacen andar por la vida con corazón de niños.
Hoy y cada día podemos
dejar vicios, mentiras y tantas cosas más que nos hacen mal y con que hacemos
mal a los demás, y podemos empezar a hilvanar caminos amables, y sin duda habrá
gente que no nos entenderá, nos criticará y hasta nos echarán a la cara la
condición de la que estamos renunciando; pero por eso no debemos
desconcertarnos, por el contrario que eso sea un aliciente para acrecentarnos
en fortaleza de claridad y sencillez; y acudimos a nuestra roca de espíritu,
aguzamos los sentidos, meditamos, observamos, nos elevamos en silencio,
fortalecemos nuestros pensamientos con buena voluntad, y nos daremos cuenta
tantas veces que sin palabras podemos dar las mejores respuestas, porque si estamos
en el camino de amor, solo así podemos
vencer todas las guerras de la mayoría de las personas que hace de este mundo
solo odios y mentiras.
Adelfo Morillo
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