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miércoles, 12 de junio de 2013

Tiempos de alegrías y atisbos de amor



Tiempos de alegrías y atisbos de amor

     Cuando somos muchachos, solo vivimos sin angustias, no filosofamos, no nos detenemos en pensar pros ni contras: reímos, correteamos, bochinchamos, corrinchamos, hacemos travesuras y tremenduras… Yo tuve la buena suerte de compartir con José y Asdrúbal, primos hermanos míos, juntos caminábamos, correteábamos por las calles de Calabozo, cuando llovía, partíamos palitos y los colocábamos en las aguas de las calles, y apostábamos al palito que llegara primero a alguna esquina, jugábamos con metras, trompos, perinolas y yoyos… José aprendió a andar en bicicleta, Asdrúbal y yo no pudimos aprender en ese momento… Cuando yo estudiaba cuarto grado de primaria, comencé a trabajar con Piero el italiano dueño de la sastrería La Nacional, iba a la escuela en la mañana y trabajaba en la sastrería en la tarde, ahí aprendí a coser a mano y a máquina, y recuerdo, cuando una mañana estuve pensando el porqué no había podido aprender a andar en bicicleta, y me dije que la clave estaba en no dejar de pedalear, y así mantendría el equilibrio, yo estudiaba ahora quinto grado en la tarde, y trabajaba en la sastrería en la mañana… Cuando me fui al mediodía a la casa, llegué primero a la casa de los Pacheco, que vivían al frente, y le dije a Omar que me prestara la bicicleta, que ya yo sabía andar, él con cara de burla me la buscó y los demás hermanos y hermanas salieron para mirar y reírse de mí, yo me dirigí al canal que pasaba por el patio de mi casa, me subí a la bicicleta y empecé a pedalear sin caerme, ellos con los ojos bien abiertos del asombro, y luego me fui a la calle, ahí me volví a montar en la bicicleta y salí pedaleando hasta la esquina, frené porque cruzaba un carro, di la vuelta, devolví la bicicleta, le di las gracias y me metí a mi casa, porque debía arreglarme y almorzar para irme a la escuela Ramón F. Feo
     En esos tiempos de primaria participé en equipos de voleibol y competíamos en intercursos, en la cancha jugábamos futbol, y en los patios de la escuela jugábamos con metras y trompos, y junto a todas esas cosas me gustaba estudiar, siempre me ha gustado estudiar, curiosear, indagar, preguntar, observar y aprender, y como algo natural me gustaba estar junto a las muchachas, conversar con ellas y compartir, y aún más con la chica que me alegraba los ojos y demás sentidos, esos fueron tiempos de alegrías y pequeños sobresaltos por los primeros atisbos de amor…