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miércoles, 2 de abril de 2014

En El Picacho 15



En El Picacho                            15

     Era costumbre en casa de cuando llegaba visita, si era de mañana o de tarde, mi mamá les ofrecía café, y me quedaba mirando a los hombres, porque si el café estaba caliente, lo volcaban del pocillo o taza al platillo, y algunos hasta lo soplaban, y poco a poco se lo iban tomando; también si era en la mañana, mi mamá les servía desayuno, y si se quedaba para el mediodía, preparaba almuerzo para todos, y compartíamos, y si llegaba en la tardecita, le brindaba cena, y se daba ocasiones que se quedaba varios días con nosotros, como recuerdo que lo hacían Adela, la hija la Nena, y el marido de Adela, asimismo Aníbal Olivares y la esposa Calistra Morillo, mi madrina María Morillo, y también mi padrino Luis Castillo…
     Mi mamá tenía el solar sembrado de matas, clavellinas, cuarentonas, capachos, cebollín, pasote, parcha, guayabos, y hasta llegó a sembrar lechugas, y varios días me mandó con una cesta de lechugas por las calles de San Fernando, para que las ofreciera en venta de puerta en puerta, cada mata la ofrecía por medio, pero nadie llegó a comprar ni una sola, y por eso desistió de tal propósito…
     Mi mamá era costurera, ella cortaba y cosía ropa sobre todo para hombres, hacía pantalones, camisas y hasta liquiliquis, y todo eso lo cosía a mano; y los retazos de tela los iba echando en una caja, y con toda su industria y paciencia iba cosiendo retazo tras retazo, y al final terminaba una sábana, y cuando vestía la cama con esa sábana, me parecía estar mirando un calidoscopio adornando la cama y el cuarto…
     Mi mamá no se me acercaba a darme caricias, no era dada para eso, pero cuando me enfermaba, buscaba sobre todo plantas que me bajaran la fiebre, que me hicieran botar el moco de las gripes o catarros, y si las lombrices me atacaban, me cocinaba pasote y me daba agua de pasote, y con eso evacuaba rollos de lombrices como si fueran espaguetis vivientes…