Pequeñas y grandes cosas
Si no nos dejamos encandilar con las candilejas del dinero,
si dejamos de creer
que nadar en ríos de dinero
nos hace muy importantes
y que con esa riqueza podemos comprar todo
y hasta la voluntad de la gente;
y sí, con el dinero se puede comprar casi todo
y hasta la voluntad de alguna gente;
y la gente que cree en el espejismo del dinero
muestra conductas groseras, irrespetuosas a todo
y también a las demás personas;
por tante gente creyente solo en lo que da el dinero,
se manifiesta cada día más el robo, el crimen
y tantas otras maneras de maldad…
Y si estos alabadores del dinero hacen un alto en el camino
y se detienen a pensar de verdad en la esencia de vida,
sin dudas, empiezan a justipreciar el significado del dinero,
y cuando esto comience a suceder en sus vidas,
en ese momento comienzan a sumarse al mundo de Dios,
que es espacios y tiempos de amor,
y el amor es cada idea de bien,
y el bien tiene de esencia las más pequeñas cosas
y también las grandes cosas intangibles,
de entre las más pequeñas cosas de bien,
cuando intercambiamos con el vecino amables palabras
y gratas acciones cotidianas,
contar con tiempo,
para admirar el amanecer,
las formas de una flor,
el vuelo de las aves o de las mariposas;
y entre las grandes cosas intangibles de bien,
el espíritu que da vida a nuestro cuerpo,
la fe que nos permite darnos al sueño,
con confianza de que volveremos a despertar
y que de nuevo vamos a encontrarnos
con el milagro de volver a abrir los ojos.
Adelfo Morillo
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