viernes, 6 de enero de 2017

Milagros del Cielo


Milagros del Cielo

       Miré en diciembre una película con el título en castellano Milagros del Cielo…, ahí se trata de una niña que padece una desconocida enfermedad gastrointestinal acompañada de permanentes y fuertes dolores físicos, y después de recibir las atenciones de los mejores especialistas, al final se dan por vencidos y se la devuelven a la familia, para que en el amor de hogar pase los pocos días de vida que le quedan; en el ambiente hogareño sufre un terrible accidente, se cae de un árbol de unos diez metros de altura, no sufre fractura en ninguna parte de su cuerpo y sobrevive para sorpresa de los médicos que la atienden; la niña de diez años de edad vuelve al seno del hogar con sus padres y sus dos hermanas, y días después le cuenta a sus padres de la presencia de Dios, cuenta que mientras estuvo insconciente, se miraba a sí misma, suspendida en espíritu fuera del cuerpo, y que Dios la condujo a lugares por demás linfos y maravillosos, donde ella deseaba quedarse, mas Él le dijo que iba a regresar con su familia y ya sin padecer la desconocida enfermedad para el intelecto humano.
       Son varias las películas que he mirado con testimonios de gentes que han pasado por situaciones similares a las narradas y descritas en Milagros del Cielo; miraglo, miraculum son palabras de la lengua latina con significado de prodigio, suceso que excede las capacidades de comprensión para la conciencia de razón de hombres y mujeres; y Cielo así en mayúscula es la forma de designar el reino de Dios, y que no tiene lugar definido, sino que está en cada persona que vive en la fe y en el amor, y la fe es innata a cada hombre y mujer, aun para los que se dicen ateos, porque cuando no queda camino de solución a la ciencia y a la razón, se acude casi siempre a la oración de fe y de amor; ahora bien, nosotros que tantas veces somos muy duros para creer y para mirar con sentimientos de amor y de fe, y esto nos pasa, porque dejamos de mirar cada milagro que anda cada día en nuestras vidas; cuando despertamos cada mañana, esto es milagro; cuando nos disponemos a dormir y nos dormimos, esto es milagro, tenemos fe de que vamos a volver a despertar; cada aliento que aspiramos y que luego espiramos, esto es milagro; salir de casa y volver de nuevo al seno del hogar, esto es milagro; Milagros del Cielo…, la suave brisa que nos besa la mejilla, la flor que solitaria brota en alguna planta a la orilla del camino o lejos del sendero, el ave que canta y alegra el momento de alguien, el hilito de agua cristalina que fluye y va refrescando y regando por distintas partes, las nubes de formas cambiantes y que también se vuelven lluvias benefactoras, el perro que ladra, mientras escribo estas líneas; yo soy un estudioso cotidiano, aprendo de cada cosa que se manifiesta frente a mis sentidos, soy lector acucioso y amigo de la ciencia, mas sé que la medida de mi intelecto llega hasta donde Dios la dispone; creo en cada momento, cuando empieza a palpitar una nueva vida vegetal o animal, creo en la luz del alba sin ocaso, en la chispa que saca el golpe del trabajador sobre el pedernal, creo en el vuelo ingrávido de mariposas y libélulas, creo que antes y más allá de la ciencia está cada uno de los Milagros del Cielo…, que es cada manifestación de fe, de amor y de bondad provenientes de Dios y que debemos mirar con sentimientos de verdad, fe y amor, para luego prodigarlos en sentimientos mansos, puros y cristalinos,sobre todo a aquellas personas más incrédulas de llegar con fe y amor a Dios.

                                                                                               Adelfo Morillo

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