Tras de una
vida sencilla 19
Somos seres vivos, vamos a
morir, cada quien en algún momento; estamos de paso por este planeta, que cada
vez lo contaminamos más; deberíamos hacer cada uno de nosotros algo vital para
mantener la permanencia de este mundo, que gira en su órbita cual nave
espacial; mi mujer, María; mi hijo, Fabio, y yo vivimos en la Misión de Nuestra
Señora de los Ángeles, parte de arriba de la Villa de Todos los Santos, hace
dieciséis años nos mudamos a nuestra casa, ubicada en un rincón de calle ciega,
y desde entonces comenzamos a sembrar plantas, porque lo único que puede
mantener a este planeta es la biodeversidad de la flora marina y terrestre;
pienso y sé que si cada uno de los niños, jóvenes, hombres y mujeres nos
comprometiéramos con sembrar y cuidar plantas, cuando muramos, estaremos
dejando bases de vida más duraderas que nosotros; y después de dieciséis años
miro el solar que está por este, norte y sur de nuestra casa, y paseo la mirada
por tantas plantas o me paseo entre ellas, flores escondidas, lechosos, damas
de noche, ringuerringues, crotos, olivos, yuquillas, lombriceras, cadillos,
picapicas, campánulas, árboles de la fortuna, cañas de la India, guayabos, jenjibre,
palmeras, cocoteros, ixoras, riñoneros, tuatúas, manzanos de jardín, atroverán,
acetaminofén, orores, yagrumos, chirimoyas, jazmineros, azahares, chaparros,
sábilas, sangrías, ciruelos, araguaneyes de jardín, limoneros, cayenas,
naranjeros, aguacatero, mangos, maniritos, fregosas, bruscas, escobas,
cariaquitos, yerbamoras, ñames, árnicas, mapurites, aníes, almendro, icacos,
uveros, nonis, moringas, chayas, adormideras, algodoneros pajarito, piñeros,
guanábanos, pomagás, llantén, tulipanes, corona de Cristo, bouquets de novia,
lirios, navidad, colombiana, Juan de la calle, mamón, ajíes, frijol, yuca,
onotos, cerezos, mereyes, albahacas, malojillos, toronjil; a las plantas se le
da nombres de medicinales, frutales, ornamentales; yo pienso que todas son
medicinales, nos dan salud física y nos alegran el espíritu, cuando las
miramos, tocamos, olemos, o escuchamos cómo se cuela el viento entre el
follaje, y cuántas cosas sentimos, cuando los pajaritos beben en sus hojas
preñadas de rocío, se posan y se bañan; y viajamos con el vaivén de las
mariposas, cada cual con sus distintas formas, colores y dibujos entre las
alas, o nos suspendemos en el vuelo de los caballitos o libélulas; sí, moro en
la casa, mas uno de mis buenos alimentos de espíritu lo encuentro y disfruto en
estos sitios del solar, entre luces y sombras, entre formas, olores y colores…
Adelfo Morillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario